La representante Martha Alfonso cuestionó fuertemente a Renzo García por su deslealtad.
La política tolimense vive un nuevo capítulo de confrontación interna, esta vez protagonizado por dos de sus más visibles figuras del sector alternativo: Martha Alfonso y Renzo García. La relación, que en 2022 se mostraba sólida y fraterna, se rompió en cuestión de meses y pasó a convertirse en un cruce de acusaciones que amenaza la aparente unidad del bloque. Lo que comenzó como una alianza estratégica para impulsar candidaturas hoy se traduce en un fuego cruzado de declaraciones que evidencian profundas fracturas.
En su momento, García, entonces diputado de la Asamblea del Tolima, apoyó a Alfonso en su aspiración a la Cámara de Representantes, bajo la promesa de que ella, a cambio, respaldaría sus ambiciones en la Alcaldía de Ibagué y posteriormente en el Congreso. Sin embargo, ese acuerdo se resquebrajó cuando, según la congresista, Renzo decidió cambiar las reglas del juego y anunció que competiría a la Cámara con el Pacto Histórico, dejando su respaldo al Senado de Alfonso en un segundo plano.
La decisión fue vista por la representante como un movimiento que podría borrarla del escenario político, debilitando sus bases y su protagonismo en la región. Esa ruptura, que parecía contenida, estalló con mayor fuerza la semana pasada, cuando ambos aparecieron en una foto con líderes alternativos, anunciando unión para las elecciones de 2026. Horas más tarde, Renzo encendió la polémica con duras palabras.
Según García, el problema es que Martha Alfonso “se olvidó de las bases sociales que la apoyaron en su llegada al Congreso”. La respuesta no se hizo esperar. Alfonso replicó con dureza: “Me impacta que Renzo actúe de una manera tan desleal, porque lo considero una persona decente”.
Para la congresista, las críticas son injustas. Defendió su gestión afirmando que ha trabajado en la consecución de recursos y proyectos para el departamento, no en la repartición de puestos burocráticos, como algunos sugieren. “No llegué a lagartear puestos, sino a trabajar por el Tolima”, sostuvo.
El choque de egos no solo tensiona la relación entre ambos, también amenaza con desestabilizar el bloque alternativo, que en los últimos años había logrado posicionarse en la agenda regional con banderas ambientales, sociales y feministas. Mientras Alfonso insiste en que la política no debe hacerse hablando mal de los demás, García parece decidido a marcar distancia. La incógnita ahora es si el llamado “sector alternativo” logrará sostenerse unido de cara a las elecciones de 2026, o si este enfrentamiento marcará el inicio de una fractura irreversible.




