La Equidad volvió a salir derrotada en la jornada 10 del Clausura tras caer 1-0 frente a Fortaleza, en un compromiso donde el equipo de Diego Merino dejó más dudas que certezas. El gol de penalti convertido por Santiago Córdoba en el minuto 67 fue suficiente para inclinar la balanza, en un duelo donde los aseguradores mostraron poco peso ofensivo y demasiadas dificultades para sostener la pelota.
El conjunto capitalino apenas logró hacerse con el 35% de la posesión, lo que refleja la falta de control en el mediocampo y la imposibilidad de imponer condiciones en campo contrario. En total, La Equidad completó 239 pases con un 65% de precisión, números que demuestran desconexión y poca efectividad en la circulación del balón.
En el aspecto ofensivo, el rendimiento tampoco fue el esperado. El equipo apenas consiguió seis remates durante todo el partido, y solo uno de ellos exigió al arquero rival. Esa falta de contundencia en el último tercio del campo terminó siendo determinante para que los aseguradores se marcharan de vacío del estadio.
Defensivamente, el equipo de Merino sufrió con la intensidad de Fortaleza. Con 19 disparos en contra, de los cuales 9 fueron a portería, La Equidad tuvo que resistir gran parte del partido. Si bien el marcador fue ajustado, las cifras evidencian que la zaga visitante fue sobrepasada en varios pasajes del compromiso.
La parte disciplinaria también generó preocupación. La Equidad cometió 12 faltas y recibió cinco tarjetas amarillas, un registro que demuestra la dificultad para frenar al rival sin recurrir a infracciones. Además, cayó en fuera de lugar en cuatro ocasiones, una señal de la poca claridad al momento de buscar profundidad en ataque.
El equipo intentó generar peligro a través de balones detenidos, pero apenas consiguió tres tiros de esquina, cifra baja en comparación con los cuatro que tuvo Fortaleza. La falta de recursos ofensivos en jugadas preparadas se suma a la poca participación de los atacantes, un problema que Merino deberá resolver si quiere darle mayor volumen ofensivo a su plantilla.
Con esta derrota, La Equidad confirma que atraviesa un momento de irregularidad bajo la conducción de Diego Merino. El bajo porcentaje de posesión y de precisión en los pases reflejan un equipo sin claridad en su idea de juego, que necesita ajustes urgentes para volver a competir en la liga. El desafío ahora será recomponer el camino y recuperar la confianza en un torneo que no da margen de error.



