Epstein afirmó que Trump “sabía acerca de las chicas”: nuevos correos reabren la polémica en Estados Unidos

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Una nueva ola de controversia política y judicial se desató en Estados Unidos luego de la divulgación de miles de correos electrónicos pertenecientes al fallecido financista Jeffrey Epstein. Los documentos, entregados al Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes por los herederos del empresario, incluyen menciones directas al presidente Donald Trump, lo que ha encendido nuevamente el debate sobre las conexiones entre el mandatario y el caso de tráfico sexual que involucró a varias figuras de poder.

En los correos, dirigidos a su socia Ghislaine Maxwell y al escritor Michael Wolff, Epstein asegura que Trump “sabía acerca de las chicas”, en aparente referencia a las víctimas de su red de explotación sexual. También describe al presidente como “el perro que aún no ha ladrado”, insinuando que el entonces magnate mantenía vínculos o conocimiento de los hechos. Las comunicaciones, que datan de 2011, se encuentran entre más de 23.000 páginas de material revisadas por los legisladores demócratas que investigan posibles irregularidades en las decisiones judiciales tomadas durante la actual administración.

La Casa Blanca respondió con dureza. Su portavoz, Karoline Leavitt, calificó las acusaciones como “una falsa narrativa” promovida por sectores demócratas para afectar políticamente al presidente y desviar la atención del cierre del gobierno federal. Sin embargo, las revelaciones han intensificado la presión en el Congreso para que se hagan públicos todos los archivos relacionados con el caso Epstein, cuyo impacto político parece lejos de terminar.

El escándalo reabre heridas profundas dentro del sistema político estadounidense. Epstein, quien fue condenado en 2008 y posteriormente arrestado en 2019, murió en prisión en circunstancias que aún generan sospechas. Su socia, Ghislaine Maxwell, cumple actualmente una condena de 20 años por su participación en la red de trata y abuso. Aunque Trump ha admitido haber conocido a Epstein en el pasado, insiste en que rompió toda relación con él mucho antes de llegar a la Casa Blanca. Sin embargo, los nuevos correos muestran que el financista seguía refiriéndose al actual mandatario incluso después de esa supuesta ruptura.

El caso ha dividido nuevamente al Congreso. Mientras los demócratas piden total transparencia y una nueva revisión de los archivos, los republicanos acusan a la oposición de manipular el caso con fines electorales. En medio de la polarización, el escándalo ha eclipsado los temas centrales de la agenda legislativa y ha reavivado teorías conspirativas en torno al movimiento MAGA y a los privilegios judiciales de la élite política estadounidense.

Más allá de los tribunales, el “caso Epstein” se ha convertido en un símbolo de la desconfianza hacia las instituciones y del poder oculto que vincula a la política, la economía y la justicia. A seis años de la muerte del empresario, las revelaciones continúan generando indignación pública y cuestionando la independencia del sistema judicial.

De confirmarse la autenticidad de los correos, Estados Unidos enfrentaría un dilema de grandes proporciones: aceptar que su presidente estuvo involucrado o fue cómplice de crímenes atroces, o impulsar mecanismos legales que podrían conducir a su destitución.


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