Envigado se despide con dignidad: el sueño de llegar a la final se esfumó ante Medellín

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El Envigado Fútbol Club dijo adiós a la Copa Colombia 2025 tras empatar 1-1 en el Atanasio Girardot y quedar eliminado con un global de 2-1 frente a Independiente Medellín. El conjunto dirigido por Andrés Orozco luchó hasta el final en busca del milagro, pero no logró revertir la serie y se despidió con la frente en alto de una campaña que había despertado ilusión entre sus hinchas.

El equipo naranja, que ya había consumado su descenso semanas atrás, veía en la Copa Colombia la posibilidad de cerrar su ciclo en la máxima categoría con una hazaña histórica: disputar su primera final del torneo. Sin embargo, el sueño se desvaneció ante un rival más sólido y efectivo, que supo manejar los tiempos y administrar la ventaja conseguida en el juego de ida.

A pesar de la eliminación, el grupo dirigido por Orozco mostró orgullo y compromiso. Envigado no se guardó nada y apostó por un planteamiento ofensivo que por momentos complicó al Medellín. La entrega en cada pelota y la determinación para buscar el arco rival fueron las señales de un equipo que, pese a las circunstancias, nunca bajó los brazos.

El entrenador Andrés Orozco, consciente del duro golpe que representa la doble realidad —el descenso y la eliminación—, resaltó la actitud de sus dirigidos. En su visión, este grupo joven deja una base importante para el futuro, incluso si el camino en la B representa un nuevo comienzo para reconstruir el proyecto deportivo.

El sueño de cerrar su paso por la Primera División con una final se convirtió en un símbolo de resistencia para el cuadro del sur del Valle de Aburrá. Aun sin alcanzar el objetivo, Envigado demostró que su sello formativo y su estilo competitivo se mantienen vigentes, incluso en los momentos más difíciles.

El empate en Medellín no bastó para revertir el 1-0 sufrido en casa, pero sí dejó la sensación de un equipo que peleó con dignidad hasta el último minuto. La eliminación duele, pero también deja lecciones valiosas sobre la fortaleza y el carácter de un club que, pese a su destino, sigue creyendo en su proyecto.

Envigado cierra así su participación en la Copa Colombia y en la primera categoría con un sabor agridulce: no alcanzó la final soñada, pero se marcha con el respeto de sus rivales y la admiración de quienes reconocen su esfuerzo. El desafío ahora será renacer desde la B, con la esperanza intacta de volver pronto al lugar donde siempre ha querido estar.


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