Envejecimiento y demencia: un desafío creciente para el sistema de salud colombiano

El envejecimiento poblacional se ha convertido en uno de los principales retos para la salud pública global en Colombia
VEJEZ Y DEMENCIA
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El envejecimiento poblacional se ha convertido en uno de los principales retos para la salud pública global. En Colombia, esta realidad avanza sin tregua y trae consigo un incremento acelerado de enfermedades asociadas a la edad, siendo la demencia una de las más preocupantes. Aunque envejecer no es una enfermedad, los cambios fisiológicos propios de esta etapa elevan el riesgo de padecer trastornos neurocognitivos, como el Alzheimer o la demencia vascular.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que, para 2050, más de 139 millones de personas vivirán con demencia en el mundo. Esta cifra casi triplica los 57 millones de casos reportados en 2021. La situación en Colombia, sin embargo, es aún más alarmante por la falta de datos oficiales. Aunque estudios estiman una prevalencia de entre el 1,3 % y el 23,6 %, el país carece de un plan nacional para enfrentar esta enfermedad crónica y degenerativa.

Un problema subestimado y sin respuesta clara

Los especialistas coinciden en que la demencia ha sido subvalorada por el sistema de salud colombiano. El diagnóstico puede tardar hasta 4,5 años desde la aparición de los primeros síntomas, y no existe una estrategia estructurada para prevenirla ni atenderla de manera efectiva. Aunque hay una Política Nacional de Envejecimiento y Vejez (2022–2031), esta no incluye acciones concretas frente a trastornos neurocognitivos, a pesar de que son la principal causa de discapacidad entre los adultos mayores.

Otros países latinoamericanos, como Chile y Costa Rica, ya implementaron planes nacionales para enfrentar este desafío. Colombia, en cambio, sigue sin políticas claras, lo que limita la prevención, el diagnóstico temprano y el acceso a tratamientos adecuados, especialmente en zonas rurales.

Expertos como David Aguillón, del Grupo de Neurociencias de Antioquia, y Diego Lucumí, de la Universidad de los Andes, insisten en que es urgente caracterizar el fenómeno de la demencia en el país. Promover diagnósticos oportunos, fortalecer la formación médica y crear programas de apoyo para cuidadores son acciones clave para responder a una realidad que ya golpea a miles de familias colombianas. La demencia no es una consecuencia inevitable de envejecer: es un problema prevenible, manejable y urgente de atender.


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