Para preparar una auténtica ensalada griega tradicional, comienza reuniendo todos los ingredientes frescos: tomates maduros, pepino firme, cebolla morada, aceitunas kalamata, queso feta de buena calidad, orégano seco y aceite de oliva extra virgen. Lava bien los tomates y el pepino; córtalos en trozos medianos, lo suficientemente grandes para que mantengan su textura al mezclarse. La cebolla morada córtala en plumas finas para que aporte sabor sin dominar el resto de ingredientes.
Coloca las verduras en un tazón amplio. Añade un puñado generoso de aceitunas kalamata enteras o sin hueso, según prefieras. Luego, corta un bloque de queso feta en cubos grandes o simplemente colócalo entero encima, como se hace tradicionalmente en Grecia. El queso debe ser firme y ligeramente salado para equilibrar la frescura de las verduras.
Aliña con una buena cantidad de aceite de oliva extra virgen; es fundamental para realzar los sabores mediterráneos. Exprime un poco de jugo de limón si deseas un toque ácido adicional. Añade sal con moderación, ya que el queso feta y las aceitunas ya aportan salinidad. Espolvorea orégano seco por encima; es clave para darle el aroma característico griego.
Mezcla suavemente para no romper los ingredientes, o simplemente sirve con el feta encima para una presentación más clásica. Deja reposar la ensalada 5–10 minutos antes de comer, así los jugos del tomate y el aliño se integran. Sirve fría o a temperatura ambiente, acompañada de pan tostado o pita.
