Enfrentamiento militar deja un muerto, heridos y tensión máxima en Cumbal

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La violencia volvió a sacudir con fuerza la frontera sur. Las montañas de Cumbal, que por momentos parecen respirar en calma, se convirtieron nuevamente en escenario de guerra cuando tropas del Ejército Nacional chocaron con un grupo armado ilegal en el sector de Tiuquer. El estruendo de los disparos resonó en toda el área rural, recordando a sus habitantes que la tranquilidad en esta zona de Nariño puede quebrarse en cuestión de segundos.

El saldo preliminar es contundente: un integrante del grupo armado ilegal muerto, al menos cuatro heridos y seis fusiles de combate incautados, junto con el material de guerra que portaba el fallecido. Los uniformados avanzaban desde el sector de Chilma Bajo cuando fueron recibidos con fuego, desencadenando una confrontación que se extendió por varios minutos entre la maleza y las quebradas de la vereda.

Entre balas

Para muchos pobladores, la escena fue el reflejo de una realidad que se repite con alarmante frecuencia. “Aquí vivimos entre las balas. Hoy fue en Tiuquer, mañana quién sabe”, comentó un habitante que prefirió no revelar su nombre por temor a represalias, mientras aseguraba que desde la madrugada se escuchaban movimientos extraños en la montaña.

Las tropas reforzaron su presencia en la zona tras los enfrentamientos, temiendo posibles retaliaciones del grupo armado. Helicópteros militares sobrevolaron el área, mientras unidades terrestres intentaban cerrar posibles rutas de escape. Aunque no se reportaron afectaciones a civiles, la tensión llevó a varias familias a refugiarse dentro de sus viviendas durante horas.

Se respira violencia

La región de Nariño, acosada por disputas de estructuras ilegales que buscan controlar corredores estratégicos, vive un momento crítico. Cada operativo militar, cada retén y cada choque entre grupos armados reaviva la sensación de que el departamento permanece atrapado en una espiral de violencia de la que aún no logra salir.

Mientras tanto, las autoridades mantienen silencio sobre la identidad del fallecido y el estado exacto de los heridos, pero confirmaron que las operaciones continuarán. En Tiuquer, la noche cayó con un silencio incómodo, apenas roto por el eco distante de los pasos de los soldados. La población, resignada y temerosa, sabe que la guerra sigue allí, a pocos metros, acechando.


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