Encuentran el cadáver de un hombre en el municipio el Paujil en el Caquetá, este lamentable hecho se registró el ocho de Octubre. Los pobladores de la vereda Bélgica ubicada en el corregimiento Betania, notificaron a las autoridades sobre el terrible hallazgo del cuerpo sin vida del campesino Daniel Nivia. Un hombre trabajador que amaba la ganadería y el campo. Era padre de dos niños y dos niñas, a las cuales les manifestaba su cariño y comprensión.
Los pobladores de la vereda Bélgica fueron quienes se percataron del cadáver del difunto. Ellos informaron a los familiares y junto con el personal de la funeraria realizaron el levantamiento del mismo. Sin embargo al reportar el deceso el SIJIN de la Policía Nacional inicio el proceso de investigación. La comunidad se encuentra a la espera del reporte de las autoridades para conocer los motivos que originaron está horrible tragedia.
Algunas personas creen que se trató de un homicidio, por la cantidad de disparos que presenta el cuerpo. Pero otras versiones indican que el fallecido estaba atravesando por una difícil enfermedad y quizás el pudo haber provocado su deceso, ambas teorías son motivo de indagación por parte de los funcionarios del Cuerpo Técnico de Investigación.
Incremento en la tasa de homicidios en Colombia
El artículo 2 de la Constitución de la Nación reza lo siguiente “la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”; y según el artículo 11, “el derecho a la vida es inviolable”.
Pese a los mandatos constitucionales, la violencia homicida es ordenada y ejecutada por individuos que evaden el peligro y aprovechan su superioridad material para acabar con la vida de sus víctimas.
El dolo y la premeditación determinan esa superioridad material. Es decir, las armas, el lugar y el momento en el que se lleva a cabo el crimen. Cuando este ocurre por la imprudencia o negligencia de un agresor, el delito se clasifica como homicidio culposo. Cuando se realiza por un tercero como en la práctica del sicariato y se ejecuta con alevosía, se eleva al grado de asesinato.
Las penas, que van de 208 a 450 meses de prisión, varían de acuerdo con esas categorías y con los agravantes, tal como lo establecen los artículos 103 y 103A del Código Penal.
La capacidad disuasiva de las penas varía según la eficacia de las políticas diseñadas para combatir las anomias sociales que están en la base de la violencia. Así, dos elementos atentan contra la realización y el goce del derecho fundamental a la vida: la inexistencia de dichas políticas y la omisión y el desdén del Estado.
La partida del señor Daniel ha dejado un gran vacío en el corazón de las personas que lo querían y que han expresado que lo extrañarán:
“La muerte no la entendemos nos quita a seres queridos nos amarga la vida, nos causa una herida y una cicatriz que duele para toda la vida. La muerte llega sin ser invitada y apaga nuestras sonrisas y pone triste nuestra mirada, ella es el peor dolor y más cuando no hubo tiempo ni de decir adiós, ella hace llorar al más fuerte y su dolor queda por siempre. Incluso sabiendo que un día la vida termina nunca estamos preparados para perder a alguien, cómo duele tu partida”
puntualizo Ángela Ríos




