El juicio contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, en una etapa decisiva, llega a su día 67. Durante la jornada, Uribe ha expuesto personalmente sus alegatos finales en la audiencia que se lleva a cabo en los juzgados de Paloquemao, en Bogotá. El exmandatario enfrenta cargos por presunto soborno de testigos y fraude procesal, delitos que ha negado enfáticamente a lo largo del proceso.
En su intervención, Uribe ha desplegado un extenso documento de nueve capítulos con múltiples anexos probatorios, en los que cuestionó la actuación de la Fiscalía, especialmente en relación con el abogado Diego Cadena, implicado en la supuesta red de testigos falsos.
El expresidente ha sostenido que su testimonio fue alterado y que él víctima de una trampa judicial, por lo que pidió que se investigue también al senador Iván Cepeda por presunta manipulación de testigos y fraude procesal.
El exmandatario argumentó que Cepeda habría enviado señales numéricas a una testigo clave, Deyanira Gómez, para influir en sus declaraciones, lo que según Uribe, configura un engaño a la justicia. Además, calificó las acusaciones de Cepeda como calumnias y prevaricato, defendiendo la legalidad de sus decisiones durante su gobierno, especialmente en el manejo de extradiciones de jefes paramilitares.
El juicio, seguido con atención por medios nacionales e internacionales, no solo pone en la mira la figura del expresidente, sino que también abre un debate sobre la transparencia y la manipulación en procesos judiciales en Colombia. La expectativa crece a medida que se acerca la conclusión del proceso y la posible resolución judicial.




