Hace escasos días, el viceministro del Interior incumpliera la cita que tenía con más de 50 alcaldes boyacenses, así lo confirmaron los mandatarios, quienes pusieron un ultimátum para reunirse con el funcionario público y así tratar de solucionar varias inconformidades que han generado los boyacenses.
La problemática
La reunión se había originado por que varios Alcaldes de Boyacá, entre ellos, Oswaldo Pérez Quiroz, mandatario de Monguí y Fabio Medrano, alcalde de Paipa han expresado su descontento con el Gobierno Nacional, puesto que, según ellos, se encuentran entre la espada y la pared, ya que, por un lado, sus pueblos cada vez piden más, especialmente por la calamidad que ha generado la pandemia del Covid-19 y por el otro, cada vez se anuncian nuevos recortes por parte del Gobierno, acciones que han generado descontento y preocupación por parte de los mandatarios.
La convocatoria
Ante el desplante del representante del Gobierno nacional, los mandatarios convocaron a una nueva reunión al ministro del Interior, Daniel Andrés Palacios Martínez, y al gobernador de Boyacá, Ramiro Barragán Adame, para el próximo viernes 10 de septiembre, con el fin de tratar de llegar a los acuerdos de inversión que están reclamando.
Las peticiones
En la reunión se presentará una serie de peticiones tales como solicitar mesas de trabajo conjuntas, en donde sean escuchados los territorios y por medio de las cuales se permitan construir decisiones acordes a las necesidades de los municipios.
“Se quejan de que la implementación de la Ley 2126 del 2021, en cuanto al incremento de los salarios de los comisarios de familia, incluyéndolos en la planta de personal de cada alcaldía, carga las responsabilidades financieras municipales, esto sin que el Gobierno nacional realice una asignación extraordinaria de recursos, evadiendo su responsabilidad estatal”, expresó, un mandatario boyacense.
La crisis
Por otro lado, los funcionarios manifestaron que en medio de una crisis económica y de salud pública, la Ley de Garantías Electorales sería sumamente lesiva con el desarrollo de las regiones, entendiendo que, en el paso del cuatrienio han sido pocas las oportunidades de mantener los ciclos administrativos sin que se vean afectados por una pandemia, por un paro nacional o por una carga desproporcionada de responsabilidades administrativas.




