Jonier Ospina Gómez denuncia que más de 6.000 toneladas de restos fecales se vierten al río Combeima.
La comunidad de la vereda Pastales, en el corregimiento 8 de Ibagué, ha manifestado su preocupación por el abandono que sufren diversas áreas rurales de la ciudad. A través de una denuncia realizada por Jonier Ospina Gómez, presidente de la Junta de Acción Comunal de Pastales, los ciudadanos han solicitado atención inmediata a la administración municipal para resolver las múltiples problemáticas que atentan contra la integridad de sus habitantes.
La falta de señalización vial, tanto horizontal como vertical, y la ausencia de reductores de velocidad en las zonas rurales son solo algunas de las deficiencias que preocupan a los residentes. Según Jonier Ospina Gómez, estas carencias se presentan en varias veredas de Ibagué, lo que genera un riesgo constante para la seguridad vial de la población. La comunidad ha insistido en la necesidad de realizar estos trabajos para evitar accidentes y mejorar la conectividad en la región.

Uno de los problemas más graves que enfrenta la vereda Pastales es la falta de captación adecuada de agua. El sistema de acueducto, que era alimentado por una quebrada local, fue destruido por una creciente, lo que ha llevado a que los habitantes implementen soluciones rudimentarias para obtener agua potable. Ospina enfatiza que la situación es insostenible y que se requiere una intervención urgente para restaurar el sistema de agua en la zona.
A esta problemática se suma el estado crítico del río Combeima y la quebrada Cajones, que no han sido dragados de manera regular, lo que ha aumentado el riesgo de desbordamientos. Además, el saneamiento básico es otro tema pendiente en la región, con pozos sépticos desbordados que contaminan las aguas del río, las cuales abastecen a la ciudad de Ibagué. Según Ospina, la cantidad de residuos humanos vertidos en el río cada año es alarmante y pone en riesgo la salud de la comunidad.
Cerca de 550.000 ciudadanos, se “benefician” de las aguas de este importante caudal en la capital del Tolima.
El río Combeima, fuente de agua para más de 550.000 ibaguereños, está atravesando una alarmante crisis de contaminación, ya que cada año recibe aproximadamente 6.000 toneladas de heces humanas. Este caudal, que se extiende por 95.2 kilómetros, sufre la entrada de aguas residuales en 227 puntos a lo largo de su trayecto, un dato preocupante en comparación con otros ríos afectados por la polución.
La situación en las escuelas también es motivo de preocupación. La infraestructura escolar en Pastales presenta múltiples deficiencias que afectan el desarrollo educativo de los niños de la zona. Gracias a la gestión de Maicol Steven Mejía, líder de la ciudad de Ibagué, se ha resaltado la importancia de que los corregimientos y veredas sean escuchados por la administración municipal. Mejía ha sido un vocero activo de las comunidades rurales, destacando la necesidad de que las problemáticas de estas zonas, como la falta de infraestructura y servicios básicos, reciban atención prioritaria. Su labor ha sido clave para visibilizar las dificultades que enfrentan estas áreas, y para promover un diálogo más cercano con las autoridades locales.



