Sus compañeras indicaron que la Sor dejó huellas imborrables por todos lugares donde llevó el mensaje bíblico de Dios. “Esperamos que la monja Bernardita, ahora desde los cielos continué intercediendo por nosotras en este proceso de reestructuración congregacional. Que ahora goce de la presencia de nuestro Señor; que disfrute de la vida eterna y del reino de los cielos”.
El cuerpo de la distinguida religiosa fue trasladado hasta la localidad de Silvia, sitio que la vio crecer. En ese lugar se llevó a cabo una ceremonia muy especial donde asistieron varias personalidades. Luego, se ofició una misa en memoria de su alma para de esta manera darle cristiana sepultura.
“Tus valores y enseñanzas viven en nosotros y te hacen inmortal. Pasaste por nuestras vidas como una estrella fugaz, pero su brillo vivirá siempre en nuestros corazones. Nos separó la muerte, pero el amor nos mantiene unidos. Quererte fue fácil, pero olvidarte será imposible. Tu legado perdurará para siempre”, expresaron sus compañeras religiosas.



