Un grupo de arquitectos e historiadores encontró una vivienda colonial del siglo XVIII cuyas paredes parecen “respirar” en las noches frías. Durante la madrugada, se observa cómo el vapor sale lentamente de los muros, como si el edificio tuviera vida propia. Según los expertos, el fenómeno se debe a una mezcla de cal, arcilla y humedad que libera aire caliente desde el interior. Los vecinos, en cambio, aseguran que se trata de una casa encantada donde aún habitan antiguos espíritus.
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