EN MANOS DE LA DELINCUENCIA

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“A altas horas se escucha cómo gritan pidiendo auxilio”, afirmó Elizabeth Cuéllar.

La esquina entre la carrera 111A y la Avenida Calle 63, en el barrio Villa Gladys, localidad de Engativá, se ha convertido en un foco de preocupación para sus habitantes, quienes aseguran sentirse “en manos de la delincuencia” debido a la creciente inseguridad que ha tomado fuerza en la zona.

Respuesta

Desde hace aproximadamente 15 días, las luminarias de los postes comenzaron a fallar, dejando calles completamente a oscuras. Pese a que los residentes han reportado insistentemente el problema a la empresa encargada del servicio de energía, hasta la fecha no han recibido solución alguna. Esta falta de respuesta ha generado un ambiente de incertidumbre y vulnerabilidad en la comunidad.

Escenario

La oscuridad ha desencadenado una serie de situaciones alarmantes. Robos frecuentes, accidentes de tránsito, y la presencia de consumidores de estupefacientes son algunas de las consecuencias que los vecinos denuncian a diario. El sector, que antes era considerado un lugar tranquilo, se ha transformado en un escenario propicio para la delincuencia, especialmente durante la madrugada y altas horas de la noche.

Riesgos

“El panorama es desolador. Robos todos los días, en la madrugada, en la noche… A altas horas se escucha cómo gritan pidiendo auxilio”, afirmó Elizabeth Cuéllar, residente del sector, quien además alertó sobre el incremento de accidentes. Según explica, es común ver vehículos que circulan sin luces en medio de la oscuridad, generando riesgos tanto para conductores como para peatones: “Se une un vehículo oscuro y encima no tiene luces, no se dan cuenta y se llevan el accidente más fuerte”.

La situación ha generado un sentimiento generalizado de inseguridad. Padres de familia expresan su temor por la integridad de los niños, especialmente en un contexto nacional donde los hechos de violencia contra menores han aumentado. Por su parte, muchos trabajadores y estudiantes que deben desplazarse en horas no convencionales sienten que están expuestos ante un entorno que no les brinda garantías mínimas de seguridad.

El comercio local también se ha visto afectado. Algunos negocios han optado por cerrar más temprano como medida preventiva, sacrificando sus ingresos para protegerse de la inseguridad. Otros continúan operando, pero lo hacen con preocupación, conscientes del riesgo que representa atender en medio de calles sin iluminación.


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