Un choque armado tuvo lugar entre la Policía Nacional y un grupo ilegal en el sector de La Playita, en Villa del Rosario, Norte de Santander, cerca de la frontera con Venezuela. Este área, conocida por ser una de las zonas más conflictivas del país debido a la presencia de grupos armados ilegales y actividades relacionadas con el contrabando y el narcotráfico, ha sido foco de tensión constante.
El enfrentamiento fue transmitido en vivo por un medio de comunicación a través de su página de Facebook, capturando la intensa balacera y generando preocupación entre los habitantes de la región. Las imágenes mostraban a civiles buscando refugio y el sonido incesante de disparos, lo que causó pánico en la comunidad.
El coronel William Quintero, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, informó que dos oficiales resultaron heridos durante el tiroteo. Los agentes, identificados como el subintendente Roberto Carlos Parejo y el patrullero Emerson De Jesús Miranda, recibieron disparos en las piernas con armas de largo alcance, pero afortunadamente, ambos fueron atendidos rápidamente y se encuentran fuera de peligro.
Según el coronel Quintero, los policías se encontraban realizando labores de patrullaje en una zona de alto riesgo cuando se encontraron de frente con los miembros del grupo armado, lo que desencadenó un intercambio de disparos. Los uniformados respondieron al ataque mientras solicitaban apoyo, y minutos después, unidades del Grupo de Operaciones Especiales (GOES) y del Ejército Nacional acudieron al lugar, logrando contener a los atacantes y repeler el ataque. A pesar de los esfuerzos de las autoridades, los responsables del ataque lograron escapar aprovechando la compleja geografía de la zona, que facilita la huida rápida hacia la frontera con Venezuela. La operación de búsqueda continúa, pero hasta el momento no se ha confirmado qué grupo ilegal estuvo detrás del ataque. En esta región operan diferentes organizaciones armadas, entre ellas el ELN, disidencias de las FARC y bandas criminales.
Este incidente pone de nuevo en evidencia la vulnerabilidad de las zonas fronterizas, donde la presencia de fuerzas irregulares ha incrementado la violencia. Las autoridades han reforzado la seguridad en la región para evitar futuros ataques y garantizar la tranquilidad de los habitantes locales, quienes han denunciado la falta de control estatal y la creciente inseguridad. La situación de orden público en el área sigue siendo tensa, y las autoridades han hecho un llamado a la población a extremar precauciones mientras se desarrollan las labores de seguridad en la zona.
