Luego de 18 angustiosos días en poder de un grupo disidente de las FARC, el niño Lyan Hortúa recuperó su libertad este martes. La liberación se llevó a cabo en una zona rural del departamento del Meta, donde una comisión humanitaria conformada por la Defensoría del Pueblo y la Iglesia Católica recibió al menor.
El Gobierno nacional informó que el niño se encuentra en buen estado de salud y ya fue trasladado a un lugar seguro para recibir acompañamiento psicológico y médico.
Las autoridades celebraron el regreso de Lyan con vida, pero también reiteraron su llamado a las estructuras armadas ilegales para que detengan de manera definitiva el reclutamiento forzado de menores, una práctica que viola los derechos fundamentales de la niñez colombiana.
Se desconocen los detalles del secuestro y las condiciones de su liberación, pero tanto organismos defensores de derechos humanos como el Gobierno han insistido en la importancia de proteger a la población infantil en medio del conflicto armado.
