El Caquetá, a través de su historia de amores y odios ha tenido que vivir la historia de Colombia de manera cruda y sin tapujos. La violencia política bipartidista, desplazamientos sociales, violencia armada a causa del conflicto interno y mil y un problema social más, que, entre otros, ha hecho encausar la agenda pública hacia otra mirada y, no en solucionar lo problemas que aquejan a la comunidad; es necesario, realmente, cruzar la página y pensar las reales soluciones a nuestros problemas como caqueteños.
Es necesario que la agenda que se trace en nuestro departamento sea para el reconocimiento de su ruralidad y amazoneidad, de igual manera, vaya encaminada a resolver el problema de la empleabilidad, especialmente, en los jóvenes, la lucha en contra de la violencia basada en género y la defensa de los derechos humanos, de manera inequívoca con niños, niñas y adolescentes.
Política a favor de la juventud
Este año es decisivo para el Caquetá, es por esto, que la juventud busca a gritos una transformación y considera que es el momento de cambiar nuestra historia. El Caquetá merece mucho más; requerimos participación del hombre y la mujer rural, campesinas y campesinos, indígenas, sector LGBTI, y demás sectores que aviven y hagan de este Caquetá un mejor terruño sobre la faz de la tierra.
