En el barrio Curubal de Tunja reina la ley del silencio

Miedo e inseguridad vive un grupo de ciudadanos en el sector Oriental de la capital boyacense por la presencia de venezolanos.
En la carrera 10 con calle 20 de la capital boyacense
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Con la llegada de migrantes a la capital boyacense, varias personas se solidarizaron y quisieron ayudar a las personas de nacionalidad venezolana. Esto sucedió en el barrio Curubal, donde varios propietarios de vivienda, les arrendaron a dos personas.

Infortunadamente, dicen los mismos vecinos, estas dos personas comenzaron a traer muchos más, y ahora indican que en un mismo apartamento viven hasta 20 personas.

Indican que hasta ahí, no hubo problema, pero lo malo comenzó cuando estos migrantes comenzaron a cometer actos delictivos en contra de estos habitantes que viven detrás del Batallón de Tunja.

Dicen los vecinos quienes no se identifican por miedo a represalias, los migrantes comenzaron a robar a sus mismos vecinos, a tratar mal a los tenderos y a causar temor.

Entre los supuestos actos delictivos, supuestamente los migrantes roban los celulares de sus vecinos para luego pedir una jugosa recompensa por devolverlo. Así mismo, vendrían lanzando bombas molotov a quienes intenten reclamarles por los casos de robo.

Sumado a las quejas, dicen los vecinos que por esto tienen temor a denunciar, ya que al parecer al llamar a la Policía, los migrantes se reúnen en ‘gallada’ para enfrentarse a las autoridades y no dejarse sacar.

Por su parte, el Secretario de Gobierno, Vicente Ojeda, indicó que esta semana está organizando un operativo para ir al barrio y darle solución al problema.


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