El insomnio de los comerciantes no lo causa el estrés, sino el miedo.
La madrugada del sábado 30 de mayo, el centro de Duitama volvió a ser escenario del delito. Delincuentes irrumpieron en el almacén de calzado “La Moda al Día”, ubicado en el corazón comercial de la ciudad, y saquearon parte de la mercancía tras violentar candados, levantar la cortina metálica y romper el vidrio del establecimiento.
Según información preliminar, los sujetos actuaron con rapidez, sabían lo que hacían y conocían bien el terreno. Todo ocurrió mientras la ciudad dormía. Ya no hay hora segura. Ni siquiera la madrugada.
⚠️ Un negocio blanco de reincidencia
Lo más preocupante es que este mismo local ya había sido objeto de un intento de robo meses atrás. Hoy el miedo no solo es por lo que se llevaron, sino por lo que pueda volver a pasar. ¿Quién sigue? se preguntan comerciantes del sector, visiblemente preocupados ante una delincuencia que parece moverse con libertad por el centro de la ciudad.
🧠 Implicaciones legales y silencios que facilitan la impunidad
Lo ocurrido no es un hecho aislado ni menor. El hurto calificado y agravado, según el artículo 240 del Código Penal Colombiano, puede acarrear una pena de entre 6 a 15 años de prisión, y es aún más grave cuando se ejecuta en horas de la noche, bajo modalidad violenta y contra un establecimiento comercial.
Sin embargo, sin capturas, sin judicialización, la ley queda escrita en papel. La Unidad Básica de Investigación Criminal de Duitama (Sijín) ya asumió el caso. Se espera que las cámaras de seguridad y los testimonios contribuyan a identificar a los responsables.
Pero el reto va más allá de un expediente. El verdadero reto es evitar que se vuelva paisaje.
💬 “Aquí ya nadie duerme tranquilo”
Vendedores, administradores y dueños de negocios coinciden en una sola frase: “Uno se acuesta a dormir con la angustia de que al otro día amanezca vacío el local”. El comercio formal sostiene parte de la economía duitamense, pero cada vez lo hace bajo más rejas y con más alarmas, aunque muchas veces, ni eso basta.
🔍 ¿Qué más se puede hacer?
- Denunciar: Aunque parezca desgastante, cada denuncia formal suma a las estadísticas que permiten reforzar estrategias de seguridad.
- Insistir en investigación estructural: ¿Son bandas organizadas? ¿Hay conexión entre estos robos? ¿Dónde se está revendiendo lo hurtado?
- Fortalecer el frente común: Seguridad compartida entre comerciantes, alarmas comunitarias, y articulación real con las autoridades.
🧨 Lo urgente: no dejar que la noche se convierta en cómplice
Cada robo como este no solo deja pérdidas económicas, sino un mensaje implícito: la madrugada es de los ladrones. Y eso no se puede permitir. El comercio de Duitama pide más acción, más inteligencia y más presencia. Pero también exige respeto por el esfuerzo honesto. Porque cada vitrina rota es una puñalada a quien intenta salir adelante limpiamente.



