En 2015, una mujer junto a su pareja inventó una coartada antes las autoridades, después de matar a su bebé de año y medio.
En Cundinamarca, una pareja inventó que al infante le había caído un bulto encima y llegó al hospital con muerte cerebral y múltiples fracturas.
Sin embargo, los médicos pudieron constatar que el niño presentaba mordeduras recientes de humanos.
Al determinarse esto tan importante, comenzó la investigación que, con ayuda de testigos, se concluyó que el bebé recibía constantemente castigos físicos por parte de su progenitora y su pareja, presuntamente, por tener comportamientos hiperactivos.
Después de siete años, la mujer fue judicializada y condenada a 35 años de cárcel. Por su parte, su pareja también fue imputada, pero por un tiempo menor.




