Las autoridades judiciales del municipio de Caloto, al norte del Cauca, en las últimas horas confirmaron el vil asesinato de una persona, quien era conocido como ‘Oto’. La Fiscalía General de la Nación inició las debidas investigaciones para esclarecer lo acontecido.
Lea aquí: Explosión de una estufa acabó con su vida
Según el informe de los entes competentes, el lamentable hecho de sangre se presentó en la vereda El Nilo, corregimiento de El Palo. En esa, los pobladores fueron los encargados de colocar el caso en conocimiento ante los entes competentes, quienes autorizaron el traslado del cuerpo hasta las instalaciones de la morgue para los debidos procesos establecidos de ley.
Integrantes de actos urgentes de la Sijin efectuaron la inspección técnica evidenciando dos disparos a la altura de la cabeza con afectaciones en la región occipital y parietal. Posteriormente, el cuerpo fue dejado a disposición de los laboratorios de genética del Instituto Nacional de Medicina Legal con sede en Santander de Quilichao, para que los expertos forenses adelanten la tipificación molecular y el cotejo de perfiles genéticos, con miras a establecer la plena identidad de la víctima y las causas de su muerte.
A raíz de los hechos de violencia registrados en los últimos días, las comunidades en coordinación con lideres comuneros han solicitado a las autoridades encargadas de garantizar la tranquilidad y seguridad de los habitantes, implementar estrategias que ayuden a mejorar las condiciones de vida, y solucionar este tipo de problemáticas.
Uno de los ciudadanos expresó “todos los días vivimos con miedo o temor debido a que, en varias veredas y corregimientos de Caloto, los que imponen la ley son los diversos grupos armados ilegales, señalados de cometer crímenes, amenazas, extorsiones y demás delitos. Es una situación preocupante que se veía venir, por la alta presencia de grupos armados, que ponen en riesgo a la población civil”, enfatizaron.
Es de recordar que en el Cauca delinquen con mayor fuerza tres estructuras de las extintas FARC, que decidieron seguir en el negocio del narcotráfico. Se trata de la Carlos Patiño, la Dagoberto Ramos y la Jaime Martínez.




