El extraño comportamiento de una galaxia ubicada a unos 1000 millones de años luz de distancia de la Tierra sugiere que podría ocurrir a uno de los eventos más esperados por los astrónomos contemporáneos: el choque entre dos agujeros negros supermasivos. Si bien no es posible determinar con certeza el momento exacto del violento encuentro, los científicos creen que éste podría concretarse en alrededor de 3 años.
Un grupo de investigadores concluye en un nuevo estudio que las variaciones en la luz observadas en el centro de la galaxia llamada SDSS J1430+2303, localizada aproximadamente a 1000 millones de años luz de distancia de nuestro planeta, coinciden con lo esperado para los momentos previos de una colisión entre agujeros negros supermasivos, que en este caso alcanzarían una masa combinada de alrededor de 200 millones de soles.
En febrero de 2022 varios astrónomos creían haber encontrado los dos agujeros negros masivos más cercanos a nosotros, a unas 2000 veces la distancia entre la Tierra y el Sol. Lo que no sabían en aquel entonces es que estaban acercándose peligrosamente el uno al otro, hasta que se produzca su colisión. Cada agujero negro supermasivo contiene cientos de millones de masas solares.
Según un artículo publicado por un equipo de astrónomos dirigido por Ning Jiang, de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, en un periodo de tres años, estas oscilaciones han pasado de durar un año a acortarse hasta un mes. Aunque muchas cosas pueden pasar en el centro de una galaxia, una de las explicaciones más probables de este comportamiento es que se trate de un agujero negro binario, aunque no se puede confirmar totalmente.
“Mi primer instinto fue que debía estar relacionado con un par de agujeros negros supermasivos”, comentó Jiang en declaraciones para la revista Science. Sin embargo, ha sido otro equipo de investigadores chino el que ha estado a punto de conseguir esa confirmación. Los astrónomos de la Universidad de Guangzhou cuentan en un artículo publicado recientemente cómo recopilando datos de una serie de observatorios de rayos X que abarcan un período de 200 días pudieron ver las variaciones en la luz emitida por la galaxia que pueden indicar la presencia de agujeros negros supermasivos.
