EMPRENDIMIENTO TEXTIL CON LIDERAZGO FEMENINO

Desde Jenesano, Boyacá, Confecciones El Renacer transforma vidas con formación textil y liderazgo femenino tras el dolor del desplazamiento causado por el conflicto armado.
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Confección con propósito de Jenesano para el mundo
Adriana Santamaría Ariza, al frente del taller Confecciones El Renacer, junto a su equipo de mujeres valientes que cada día tejen historias de superación, unión y esperanza desde Jenesano.

Transformar el dolor del desplazamiento en un proyecto que viste dignidad, independencia y esperanza es lo que ha logrado Adriana Santamaría Ariza con Confecciones El Renacer, un emprendimiento textil en el corazón de Jenesano, Boyacá, con visión social que nació desde las cicatrices de la guerra.

Oriunda del municipio de La Belleza, Santander, Adriana decidió que no se quedaría atrapada en el dolor de haber sido desplazada por el conflicto armado. Lejos de resignarse, transformó esa experiencia en la fuerza que la impulsó a liderar un proyecto de impacto real: Confecciones El Renacer, una iniciativa que no solo le ha devuelto su voz, sino que también ha abierto espacio para que otras mujeres crean en sí mismas, se formen y construyan desde la costura un camino de independencia.

En su taller amigable con el medio ambiente —que más que un espacio de trabajo es un refugio lleno de sueños— se entrelazan hilos de superación y liderazgo. Adriana no solo lidera procesos de confección, sino también impulsa formación, trabajo en equipo, y empoderamiento. Sueña con que cada mujer que pase por ese lugar sepa que “tenemos la capacidad de liderar, de vender y de generar un impacto socioambiental. Eso no se queda acá”, como ella misma lo afirma con convicción.

Entre máquinas de coser, telas y fibra transformada, el proyecto ha ido tomando forma y contenido. Actualmente, Adriana y su equipo preparan un programa de cursos complementarios gratuitos para niños, jóvenes y adultos del municipio de Jenesano. Su objetivo no es solo formar manos hábiles en costura, sino también fortalecer el valor por la imagen personal, el cuidado de las prendas y la dignidad en el vestir. Para ella, enseñar a coser un botón o una cremallera también es un acto de autoestima.

Unidas por el hilo del compromiso

En Confecciones El Renacer, el trabajo no se teje en solitario. Adriana Santamaría ha conformado un equipo sólido, comprometido y lleno de propósito. A su lado están Yolanda Castillo y Angie Paola, provenientes de Pacho, Cundinamarca, mujeres que comparten no solo el talento en la confección, sino también la visión de transformar su realidad con trabajo digno, pasión y entrega. Son ellas quienes, puntada a puntada, mantienen vivo el corazón de este proyecto colectivo que nació con la convicción de que sí es posible renacer y construir desde la unión, el oficio y la esperanza.

En sus palabras, hacer una prenda “es amarnos más, valorarnos más por la gran capacidad que tenemos de transformación”. Y bajo esa filosofía, está convencida de que el conocimiento no debe quedarse en quien lo posee, sino que debe compartirse con la comunidad. Su apuesta educativa es, entonces, una estrategia de empoderamiento que busca sembrar autonomía en nuevas generaciones.

Tejer para sanar: una visión más allá del emprendimiento

Adriana no habla desde la teoría, habla desde la experiencia. Sabe lo que significa comenzar de cero. Y por eso, su mensaje no se limita a quienes trabajan con ella: va dirigido a todas las mujeres. “No permitan que sean maltratadas física, verbal ni psicológicamente. Somos mujeres con un valor impresionante. Que nunca se pierdan los valores, el respeto, la ética, la moral. Porque cuando una mamá enseña eso a sus hijos, está construyendo sociedad”.

Además de impulsar este proyecto productivo, Adriana reconoce la importancia de prepararse para los retos del mundo actual. Por eso, se han propuesto fortalecer sus redes sociales —actualmente cuentan con una página en Facebook llamada Renacer Jenesano—como vía para visibilizar su trabajo y seguir creciendo. “Si no aprovechamos las redes sociales para impulsar nuestros emprendimientos, estamos mal. Porque eso es lo que viene, eso llegó para quedarse”, afirma con total claridad.

Renacer desde el dolor: el mensaje que abraza

Su visión va más allá de lo personal: busca aportar a una transformación social desde la colectividad. Y lo dice con fuerza y para todos aquellos que como ella, han experimentado la cruz del amargo conflicto armado: “No nos quedemos estancados en ese dolor y en esa rabia. Busquemos alternativas de solución. Haga lo que haga, hágalo porque le apasiona. Solo así uno se fortalece y aguanta”. Ese es el espíritu de El Renacer: una muestra de que de las ruinas también pueden nacer tejidos que abrigan vida.

Cada prenda que hacemos nos llena de orgullo por lo que somos y lo que podemos llegar a ser”.


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