EMERGENCIAS POR LLUVIAS

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 Santofimio advirtió que la mala gestión en las cuencas sigue complicando el suministro de agua.

El manejo irresponsable de residuos en las cuencas hídricas de Ibagué continúa desencadenando una crisis silenciosa que afecta directamente el suministro de agua en la ciudad. La falta de control sobre los desechos que terminan en los afluentes ha generado constantes taponamientos en las bocatomas, situación que se agudiza con cada lluvia. Los ciudadanos ya comienzan a sentir las consecuencias de un problema que, según autoridades, pudo haberse prevenido con mayor cultura ambiental y vigilancia institucional.

Con la llegada de la temporada invernal, Ibagué ha enfrentado múltiples emergencias en sectores urbanos y rurales. Las precipitaciones recientes no solo han provocado deslizamientos y afectaciones en barrios vulnerables, sino que también han impactado de manera directa el proceso de captación del agua. La acumulación de materiales arrastrados por las corrientes ha dificultado la operación del sistema de acueducto, obligando a constantes maniobras para mantener el servicio en funcionamiento.

Roberto Santofimio, gerente del IBAL, confirmó que las fuertes lluvias llevaron al cierre temporal de todas las bocatomas que abastecen a la ciudad. Según explicó, el personal operativo tuvo que redoblar esfuerzos para atender cada contingencia, evitar daños mayores y sostener la continuidad del servicio. “Nuestro equipo ha logrado estabilizar el sistema y garantizar que el agua siga llegando a los hogares”, aseguró el funcionario.

El gerente también señaló que los deslizamientos originados por las lluvias y el mal uso de las cuencas han sido determinantes en la generación de sólidos que afectan la infraestructura hídrica. Esta combinación de factores ha puesto en jaque la capacidad del sistema para procesar, potabilizar y distribuir el recurso con normalidad.

Uno de los puntos más afectados es la vereda Cay, en el sector conocido como La Cascada. Allí, el arrastre de lodo ha complicado aún más el ya deteriorado panorama del suministro. Santofimio indicó que en los últimos días se ha detectado un incremento considerable en la turbidez de la quebrada Cay, lo que representa un reto adicional para el proceso de potabilización.

Pese a las dificultades, el IBAL envió un mensaje de calma a la ciudadanía. La entidad afirmó que, aunque las lluvias no dan tregua, las bocatomas se mantienen estables y el abastecimiento está garantizado. Sin embargo, insistieron en la urgencia de mejorar las prácticas ambientales y reducir el vertimiento de residuos para evitar una crisis mayor.


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