Emergencia por fiebre amarilla en Colombia

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El presidente Gustavo Petro declaró este jueves emergencia sanitaria nacional por el preocupante brote de fiebre amarilla que afecta a diversas regiones del país. La medida se da luego de que el Ministerio de Salud confirmara 75 casos y 34 muertes entre septiembre de 2024 y abril de 2025, cifras que han encendido las alarmas en el sistema de salud pública.

Durante su pronunciamiento, el mandatario fue enfático al afirmar que el objetivo del Gobierno es vacunar al 100 % de la población en los próximos dos meses, una meta ambiciosa que ha generado controversia tanto en el ámbito médico como político. “Tenemos las vacunas, tenemos la capacidad logística y tenemos la obligación moral de proteger la vida”, declaró Petro desde la Casa de Nariño.

Exigencia de carné para viajeros internacionales

Como parte del plan de contención, el Ministerio de Salud anunció que exigirá de forma obligatoria el carné de vacunación contra la fiebre amarilla a todos los viajeros internacionales que ingresen al país, una medida que busca evitar la entrada de nuevos casos importados. Adicionalmente, las autoridades reforzarán los controles sanitarios en aeropuertos, terminales y pasos fronterizos.

“Esta es una medida preventiva clave. No se trata solo de proteger a los visitantes, sino de cuidar a las comunidades locales, especialmente en zonas endémicas como la Orinoquía y la Amazonía”, indicó la ministra de Salud, Gina Tambini.

Críticas desde el sector médico

Pese a que varios expertos valoran la intención del Gobierno de actuar rápidamente, otros han cuestionado tanto el tono como la viabilidad de la propuesta presidencial. Algunos especialistas señalan que la vacunación masiva en tan corto tiempo requeriría una capacidad logística extraordinaria y advierten sobre la falta de recursos humanos y técnicos en varios territorios.

“El llamado a vacunar a todo el país en dos meses es poco realista. No hay suficiente personal ni infraestructura, y además, no todas las regiones están en riesgo. Se debe priorizar estratégicamente”, señaló el epidemiólogo Andrés Hurtado, docente de salud pública de la Universidad Nacional.

También hubo críticas por la forma en que el presidente ha planteado la emergencia. “Es importante evitar discursos alarmistas y trabajar con base en la evidencia y la comunicación clara con la ciudadanía. Las declaraciones deben acompañarse de un plan técnico concreto, no solo de voluntad política”, expresó la infectóloga Ana Lucía Mejía.

Colombia frente a la fiebre amarilla: ¿cuáles son los riesgos?

La fiebre amarilla es una enfermedad viral transmitida por mosquitos, con síntomas que van desde fiebre y dolor muscular hasta insuficiencia hepática y muerte en casos graves. Aunque existe una vacuna eficaz, la cobertura en algunas regiones rurales y poblaciones vulnerables sigue siendo baja.

La Organización Panamericana de la Salud ya había advertido sobre un posible rebrote en zonas selváticas del país, y recomendó reforzar las campañas de prevención y educación. En respuesta, el Gobierno ha anunciado la adquisición de 15 millones de dosis y una campaña nacional de vacunación puerta a puerta.

Panorama incierto, pero con herramientas

La declaración de emergencia sanitaria abre la puerta a medidas extraordinarias, como la reasignación de recursos, flexibilización en compras de insumos y activación de redes de vigilancia epidemiológica. Sin embargo, el éxito del plan dependerá de una ejecución eficiente y coordinada con entes territoriales y organismos internacionales.

Mientras tanto, las autoridades invitan a la ciudadanía a verificar su esquema de vacunación y acudir a los centros de salud para recibir la dosis correspondiente. La fiebre amarilla se puede prevenir, pero requiere del compromiso colectivo.

Colombia entra en una nueva carrera contra el tiempo.


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