El embajador de Colombia en Estados Unidos, Daniel García-Peña, respondió formalmente al senador republicano Marco Rubio, luego de que este señalara al presidente Gustavo Petro por, según él, generar un clima de inestabilidad política en el país tras el atentado sufrido por el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay el pasado 7 de junio en Bogotá.
Rubio, en un comunicado divulgado desde el Congreso de EE. UU., expresó su preocupación por lo que calificó como un retroceso en la seguridad democrática colombiana:
“Tras haber presenciado de primera mano el progreso de Colombia en las últimas décadas para consolidar la seguridad y la democracia, no puede permitirse volver a tiempos oscuros de violencia política. El presidente Petro debe moderar su discurso incendiario y proteger a los funcionarios colombianos”, afirmó el senador de origen cubano.
Ante estas declaraciones, García-Peña emitió una carta oficial en la que defendió el compromiso del Gobierno colombiano con el esclarecimiento inmediato y riguroso del atentado, señalando que más de 250 investigadores están actualmente asignados a la recolección de pruebas, incluidos análisis forenses del arma utilizada y pruebas balísticas.
El diplomático colombiano también enfatizó que el Estado de derecho en Colombia se mantiene sólido y activo, y reiteró que la administración Petro ha brindado total respaldo a las autoridades judiciales y policiales para garantizar transparencia y celeridad en el proceso investigativo.
Un incidente que reaviva la tensión política
El atentado contra Miguel Uribe Turbay ha generado un intenso debate tanto en Colombia como a nivel internacional. Aunque el senador salió ileso, el hecho ha sido interpretado por varios sectores como una grave señal de alarma sobre el deterioro de la seguridad política en el país.
Mientras tanto, desde la Casa de Nariño se ha pedido prudencia ante señalamientos sin fundamentos y se ha reafirmado que la lucha contra cualquier forma de violencia política sigue siendo una prioridad del gobierno nacional.
Con esta respuesta diplomática, el embajador García-Peña busca no solo defender la institucionalidad colombiana, sino también contener una posible escalada en la relación bilateral con miembros influyentes del Congreso estadounidense.




