El Ejército de Liberación Nacional (ELN) reconoció su responsabilidad en el ataque perpetrado en Puerto Jordán, Arauca, que dejó un saldo trágico de tres militares fallecidos y más de 20 heridos. En un comunicado, la guerrilla describió el atentado como una «acción legítima», lo que ha generado indignación en el país. El gobierno colombiano condenó el acto de violencia y lo calificó como terrorismo, exigiendo justicia y reafirmando su compromiso con la paz y la seguridad en la región.
Este ataque ha intensificado las tensiones en Arauca, una zona que ha sido históricamente conflictiva debido a la presencia de grupos armados. A pesar de los esfuerzos del gobierno por negociar con el ELN, este tipo de acciones violentas ponen en duda las posibilidades de alcanzar una solución pacífica en el corto plazo. Las familias de los militares caídos, así como diversas organizaciones civiles, han expresado su repudio frente al atentado y exigen mayor protección para las fuerzas armadas y los habitantes de la región.



