En un nuevo intento por superar la crisis que atraviesa la mesa de negociación, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunció que presentará una propuesta concreta para reactivar los diálogos con el Gobierno nacional. La comunicación fue emitida a través de un mensaje en la red social X, en el que la guerrilla aseguró que mañana pondrá sobre la mesa un planteamiento dirigido tanto a la ciudadanía como a la administración de Gustavo Petro, con el fin de “descongelar” el proceso.
El anuncio se produce después de varios meses de tensión y estancamiento. Las conversaciones fueron suspendidas en enero de 2025 tras una escalada de violencia en el Catatumbo, que dejó decenas de muertos, miles de desplazados y múltiples denuncias de violaciones al derecho internacional humanitario. El propio presidente Gustavo Petro calificó estos hechos como “crímenes de guerra” cometidos por el ELN, lo que llevó a congelar de inmediato la mesa instalada desde 2022.
En respuesta, la organización armada alegó que el Gobierno había dejado de ser un “interlocutor válido” al adoptar, según ellos, un modelo “contrainsurgente” que frenaba los avances alcanzados en rondas previas. Esta narrativa profundizó la desconfianza y distanció aún más a las partes, a pesar de que en la agenda inicial se incluían puntos clave como el cese bilateral al fuego y la participación de la sociedad en la construcción de paz.
Fuentes cercanas al proceso señalan que, de materializarse, la propuesta del ELN buscaría introducir nuevos mecanismos de verificación internacional y escenarios de mediación en países garantes, con el objetivo de dar confianza a las partes y garantizar que los compromisos no se rompan con facilidad. Incluso se ha mencionado la posibilidad de que el Vaticano, que ya había expresado su disposición, se convierta en sede para futuros encuentros.
El pronunciamiento del grupo insurgente genera expectativas en un momento en el que el Gobierno colombiano intenta sostener su política de “paz total”, golpeada por la persistencia de violencias en distintas regiones del país y la dificultad de articular procesos simultáneos con diferentes actores armados. La comunidad internacional, en particular Naciones Unidas y los países garantes como Cuba, Brasil y Noruega, ha reiterado su disposición a acompañar los esfuerzos para evitar un nuevo fracaso en la historia de los diálogos.
Por ahora, se espera que el anuncio del ELN incluya detalles concretos sobre las condiciones que planteará para retomar las conversaciones. Entretanto, sectores sociales y de derechos humanos han insistido en la urgencia de una salida negociada, recordando que el recrudecimiento de las hostilidades sigue cobrando vidas y desplazando comunidades en el Cauca, Arauca, Chocó y Norte de Santander.
La pregunta ahora es si el Gobierno Petro y el ELN lograrán superar la actual crisis de confianza y dar un nuevo aire a un proceso que, pese a sus tropiezos, sigue siendo visto por la ciudadanía como una oportunidad para desescalar la violencia y avanzar hacia la construcción de una paz estable y duradera.




