El Contralor Delegado para el Sector de Educación, Deportes, Ciencia y Cultura, Andrés Giovanni Rodríguez, confirmó en su visita a Buenaventura que la obra del Estadio Marino Klinger registra hallazgos fiscales cercanos a los $20.000 millones. La construcción, que debería ser un motor deportivo y social para la ciudad, hoy es catalogada como uno de los “elefantes blancos” más grandes del Valle del Cauca.
Descubrimiento
Durante su recorrido por el puerto, Rodríguez se refirió ante los medios de comunicación a la situación crítica que atraviesa el Estadio Marino Klinger, un complejo deportivo que ha recibido millonarias inversiones pero que hasta la fecha no ha cumplido con las expectativas de la ciudadanía. “Muy interesado en las situaciones que pasan sobre el Estadio Marino Klinger. Recibimos una serie de denuncias de veeduría ciudadanas el año pasado y adelantamos una denuncia fiscal en coordinación con la delegada de infraestructura de nuestra Contraloría. Hemos determinado cerca de 20 mil millones de pesos en hallazgos fiscales”, señaló el funcionario.
Cifras
De acuerdo con la Contraloría, la obra contó con una inversión inicial de alrededor de $40.000 millones, sin embargo, tras la revisión se estableció un daño fiscal de $19.955 millones, recursos que deberán ser respondidos por los presuntos responsables del detrimento al patrimonio público. Rodríguez explicó que el siguiente paso será el proceso de responsabilidad fiscal, etapa en la que los responsables del daño económico tendrán que resarcir al Estado. “Lo que les interesa a las comunidades es que las obras se entreguen. Ya hay una serie de presuntos responsables, pero esos nombres guardan reserva legal mientras el proceso se lleva a cabo”, afirmó.
Obra
En su declaración, no dudó en catalogar la construcción como “uno de los elefantes blancos más grandes del Valle y el más grande de Buenaventura”, haciendo referencia a las obras inconclusas que se convierten en símbolos de ineficiencia administrativa y corrupción. El Contralor Delegado agradeció el papel fundamental que desempeñaron las organizaciones ciudadanas y veedurías, que con sus denuncias permitieron ejercer control fiscal y poner en evidencia el millonario detrimento. “Gracias a la comunidad, a la sociedad civil y a las veedurías que apoyan el control social participativo pudimos ejercer vigilancia”, agregó.




