Dormir bien es esencial para mantener un adecuado rendimiento físico y mental durante el día. Sin embargo, la postura que adoptamos durante la noche podría influir directamente en la calidad del descanso. Así lo explicó la Dirección General de Atención a la Salud de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que recientemente dio a conocer cuáles son las posiciones más recomendables —y cuáles no— para dormir.
Dormir bien empieza por una buena postura
De acuerdo con la institución mexicana, mantener una correcta alineación del cuerpo mientras se duerme ayuda a relajar los músculos, evitar tensiones y prevenir dolores que pueden aparecer a lo largo de la jornada.
Estas son las conclusiones más relevantes:
Dormir de lado: la postura más recomendada
Los especialistas consideran que la mejor posición para dormir es de lado, preferiblemente del lado izquierdo. Esta postura favorece la alineación de la columna vertebral y mantiene una posición neutral del cuerpo, reduciendo la presión en la espalda.
La UNAM recomienda usar una almohada entre los muslos, lo que ayuda a mantener una postura neutra de la columna lumbar y de la pelvis, permitiendo un descanso más profundo y sin tensiones.
Dormir boca arriba: buena opción con apoyo adecuado
Dormir boca arriba también es una postura recomendable, pero bajo una condición importante: utilizar una almohada firme que permita mantener la columna alineada desde el cuello hasta la zona lumbar.
Además, colocar un pequeño cojín o almohada debajo de las rodillas ayuda a evitar el estiramiento excesivo de las piernas y ofrece una ligera flexión que favorece la relajación de la región lumbar.
La institución aclara que lo ideal es que la almohada “solo abarque el espacio entre los hombros y la nuca”, evitando posiciones que eleven demasiado la cabeza.
Dormir boca abajo: la peor opción
Por el contrario, dormir boca abajo es catalogado como la peor postura para descansar. Según los expertos, esta posición impide que la columna repose correctamente y limita la expansión de la caja torácica, lo que puede dificultar la respiración y generar molestias musculares.
