El tradicional “rebusque” de fin de año en Pitalito

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En distintos sectores del municipio de Pitalito, Huila, ya se respira el ambiente festivo de fin de año, donde los tradicionales muñecos para quemar el 31 de diciembre, conocidos popularmente como “taitapuros”, se exhiben a la venta en calles y mercados locales.

Una tradición que mueve la economía local

Esta costumbre, profundamente arraigada en la cultura opita, no solo simboliza el cierre de un ciclo y la bienvenida al nuevo año, sino que también representa una oportunidad de ingresos para muchas familias. Los vendedores, con creatividad y esmero, elaboran estos muñecos con materiales reciclables, ropa vieja, aserrín y pólvora, dándoles formas únicas que capturan la atención de compradores de todas las edades.

Precios para todos los bolsillos

Los “taitapuros” se ofrecen en una amplia gama de precios, dependiendo de su tamaño, diseño y los materiales utilizados. Desde versiones más pequeñas y accesibles, hasta representaciones detalladas y elaboradas de personajes populares, estos muñecos son adquiridos por familias y comerciantes que desean despedir el año con la tradicional quema simbólica.

Una fuente de sustento temporal

Para muchos, la venta de “taitapuros” se ha convertido en un ingreso clave durante la temporada decembrina. Familias completas participan en su elaboración y comercialización, aprovechando esta tradición como una oportunidad económica.

Cultura y tradición viva

La quema de los muñecos el 31 de diciembre, acompañada de música, celebración y rituales familiares, no solo representa la despedida de los malos momentos del año que termina, sino también la esperanza de un nuevo comienzo lleno de prosperidad.

Esta práctica, que combina creatividad, cultura y economía, sigue siendo una muestra viva de las tradiciones huilenses que perduran en el tiempo y fortalecen el sentido de comunidad en Pitalito.


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