El Stick Retro Fest puso a bailar a másde 800 personas en la plaza del Carnaval

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En un derroche de energía, color y nostalgia, la ciudad de Pasto vivió el pasado 6 de agosto uno de sus eventos más animados del año: el Stick Retro Fest, una noche dedicada a la música retro, el baile y, sobre todo, a los Hábitos y Estilos de Vida Saludable (HEVS). La Plaza del Carnaval fue el epicentro de esta celebración que reunió a cerca de 800 personas, entre grupos comunitarios, bailarines, familias y amantes de los clásicos.

Organizado por el equipo nacional HEVS Zarandéate Pasto, bajo la dirección de los monitores profesionales Juan José Jurado y Esteban Mesías, el evento demostró que la salud y el ejercicio pueden vivirse con alegría, creatividad y mucho sabor. La jornada integró a diversos colectivos ciudadanos comprometidos con el bienestar físico, generando una atmósfera de fiesta y participación.

Desfile

Uno de los momentos más impactantes de la noche fue el desfile de carros clásicos y antiguos, que marcó el inicio del festival. A bordo de estas joyas automovilísticas, los organizadores y algunos asistentes recorrieron el centro de la ciudad rindiendo homenaje a la estética de las décadas doradas. Cada vehículo fue una pieza viviente del pasado que complementó a la perfección la temática retro del evento.

Además del baile colectivo, la actividad incluyó dinámicas lúdicas, exhibiciones artísticas y espacios de interacción, todo con el objetivo de promover la actividad física como un componente fundamental del bienestar. “La salud también se goza, se mueve y se celebra”, fue una de las frases más repetidas de la noche, que reflejó el espíritu de este tipo de iniciativas.

Autocuidado

El Stick Retro Fest no solo fortaleció la cultura del autocuidado y la vida activa, sino que también posicionó a Zarandéate Pasto como un referente regional en movilización comunitaria en torno a la salud. La combinación de ejercicio, nostalgia musical y sentido de pertenencia fue, sin duda, el ingrediente clave del éxito. Así, entre luces neón, pasos de baile y mucha alegría, la capital nariñense volvió a demostrar que cuando el cuerpo se mueve con pasión y la comunidad se une con propósito, la salud se convierte en una verdadera fiesta.


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