Scott Bessent, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, lanzó este martes un mensaje de esperanza para los mercados financieros al calificar como “insostenible” la actual guerra comercial con China. Durante un discurso a puerta cerrada en un evento organizado por JPMorgan, cuyas declaraciones trascendieron rápidamente, Bessent manifestó su expectativa de que se produzca una “desescalada” en el conflicto arancelario entre las dos mayores economías del mundo.
La reacción en Wall Street no se hizo esperar: las bolsas subieron con fuerza tras conocerse sus palabras, reflejando el deseo evidente de los mercados de que el Gobierno de Donald Trump alivie las tensiones comerciales. La dinámica se ha vuelto clara en los últimos meses: cuando la Casa Blanca intensifica su retórica proteccionista o ataca la independencia de la Reserva Federal, los mercados reaccionan a la baja; cuando adoptan un tono más conciliador, las acciones repuntan.
En su intervención, Bessent señaló que, aunque no existen actualmente negociaciones formales entre Washington y Pekín, es optimista sobre la posibilidad de una distensión en los próximos meses. No obstante, advirtió que alcanzar un acuerdo integral que normalice las relaciones comerciales podría tomar entre dos y tres años. Además, reiteró que el objetivo de Estados Unidos no es desvincularse económicamente de China, sino lograr un reequilibrio que favorezca la producción industrial estadounidense.
El contexto económico añade presión: el mismo día, el Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó sus previsiones de crecimiento para Estados Unidos, reduciendo la expectativa del 2,7% al 1,8%, como consecuencia de la incertidumbre provocada por la política comercial del Gobierno de Trump.
Bessent también recordó que actualmente los productos chinos soportan aranceles del 145% para ingresar a EE.UU., mientras que China aplica tasas del 125% sobre las importaciones estadounidenses. Una situación que, en su opinión, no puede mantenerse en el tiempo sin provocar daños económicos significativos a ambos lados del Pacífico.
Horas después del discurso de Bessent, el propio presidente Trump reconoció ante periodistas en la Casa Blanca que los aranceles “bajarán sustancialmente, pero no serán cero”. “No serán tan altos, no serán tan altos”, insistió, en un tono que confirma el viraje hacia una posible reducción de la tensión.
Aunque el camino hacia un acuerdo comercial definitivo podría ser largo y complicado, las señales emitidas por el secretario del Tesoro y el propio presidente son vistas como un paso importante hacia la estabilización de la relación bilateral, algo que los mercados y gran parte del sector empresarial global ven como urgente y necesario.

