Mientras el sector energético —representado por Ecopetrol y la industria hidrocarburífera— busca mantener su producción mediante inversiones millonarias, Colombia también enfrenta una grave crisis ambiental, evidenciada en el aumento de la deforestación y la degradación de ecosistemas.
El país ha propuesto iniciativas para impulsar energías renovables y avanzar hacia la eliminación progresiva de combustibles fósiles, un debate clave en el marco global de cambio climático.
Este doble panorama —desarrollo versus conservación— representa un dilema estructural: cómo equilibrar crecimiento económico, seguridad energética y protección ambiental. Las decisiones que se tomen en los próximos años definirán el rumbo del país en su relación con la naturaleza, la economía y la sostenibilidad.




