El Ministerio de Comercio de China anunció la suspensión temporal de la prohibición de exportar a Estados Unidos productos de uso dual civil y militar elaborados con galio, germanio y antimonio, tres metales esenciales para las industrias tecnológica y militar. Esta medida, que estará vigente hasta el 27 de noviembre de 2026, también incluye la flexibilización de las restricciones sobre productos de grafito. Con ello, Beijing busca suavizar las tensiones comerciales y demostrar apertura hacia una cooperación económica más estable con Washington.
El anuncio confirma lo adelantado por la Casa Blanca, que informó que China otorgará licencias generales para exportar estos materiales estratégicos, permitiendo así su libre comercio hacia Estados Unidos y sus proveedores globales. Esta decisión implica, en la práctica, el levantamiento de los controles estrictos impuestos por Beijing desde 2023. Washington celebró la medida como un paso significativo hacia la normalización de las relaciones comerciales entre ambas potencias, tras varios años de confrontación por el dominio tecnológico.
La prohibición original de diciembre de 2024 había surgido como represalia a las restricciones estadounidenses que buscaban frenar el desarrollo de microchips avanzados en China. Dicha orden limitaba severamente la exportación de materiales estratégicos como el galio, el germanio, el antimonio y el grafito. Estos elementos, esenciales para la fabricación de semiconductores, fibra de carbono y baterías, se habían convertido en instrumentos de presión política y económica entre las dos naciones.
Desde 2023, las tensiones comerciales se habían incrementado con la imposición de licencias especiales para la exportación de estos metales, lo que generó incertidumbre en los mercados internacionales. China, principal productor mundial, amplió las restricciones a productos de grafito y antimonio, afectando cadenas de suministro globales en sectores como la energía, la electrónica y la defensa. La reciente suspensión de estas medidas busca estabilizar dichas cadenas y fomentar la cooperación tecnológica.
La decisión de Beijing se enmarca en los acuerdos alcanzados entre Xi Jinping y Donald Trump durante su reunión en Corea del Sur el 30 de octubre. Ambos mandatarios pactaron reducir aranceles, suspender tasas portuarias y reactivar el comercio agrícola. Además, China prolongó la suspensión de algunos aranceles sobre productos estadounidenses, manteniéndolos en un nivel del 10%, y retiró gravámenes adicionales sobre aceite de soja y productos agrícolas, en un intento por equilibrar las relaciones comerciales y disminuir las fricciones políticas.
Finalmente, Estados Unidos confirmó que China también aceptó suspender por un año las restricciones a la exportación de tecnologías vinculadas a las tierras raras, materias fundamentales para las industrias de defensa, automoción y electrónica. Aunque el Ministerio de Comercio chino no especificó la magnitud ni la duración de futuras licencias, esta flexibilización representa un gesto estratégico para reconstruir la confianza bilateral y reducir las tensiones que habían afectado gravemente la economía global.




