Uno de los problemas que mas aquejan a la población es la falta de atención en las instituciones de salud. Desde que se pide una cita hasta que se consigue se convierte en toda una ‘odisea’ para los usuarios puesto que los plazos que se otorgan son demasiado largos y, por ende, las personas optan por dejar su salud en manos del farmaceuta o de Dios. Mientras las EPS continúen lucrándose sin poner como prioridad a sus afiliados, los ciudadanos que necesiten de atenciones especializadas quedarán en el ‘limbo’ y por ende su calidad y expectativa de vida se verán disminuidos drásticamente.
Es indignante que un usuario que padece una enfermedad como el cáncer deba esperar a una cita de control con oncología alrededor de seis meses, o que un niño que necesite un medicamento esencial se vea limitado porque es de alto costo o que simplemente porque la empresa prestadora del servicio no tiene convenio con esa casa farmacéutica. Debe haber una restructuración, un cambio que permita a los afiliados volver a confiar en nuestros médicos que en este país son de los mejores a nivel mundial pero que se ven limitados a este sistema.
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