Cien días después del inicio de la operación para retomar El Plateado, fortín del Ejército de Liberación Nacional (ELN), la región sigue viviendo momentos de incertidumbre y tensión. A pesar de los avances en el control territorial, las autoridades enfrentan desafíos significativos para garantizar la estabilidad en la zona. Los enfrentamientos entre las fuerzas militares y los guerrilleros del ELN han disminuido, pero persisten las amenazas de los grupos armados ilegales, que aún mantienen una presencia importante en áreas rurales, complicando la vida diaria de los habitantes.
En este tiempo, la situación humanitaria ha sido una de las principales preocupaciones. Mientras las fuerzas del orden logran recuperar el control de varias zonas, la población civil enfrenta desplazamientos forzados, falta de servicios básicos y dificultades para acceder a la educación y la salud. Sin embargo, la presencia de la fuerza pública ha logrado garantizar ciertas condiciones de seguridad, lo que permite que poco a poco se empiecen a restablecer algunas actividades económicas en la región. La operación, que ha sido clave para desarticular al ELN en la zona, deja claro que la recuperación total de El Plateado dependerá de la capacidad del gobierno para implementar programas de pacificación y reconstrucción a largo plazo.




