En septiembre de 2025, el peso colombiano se consolidó como la moneda más revaluada de América Latina, con un incremento del 2,17 % frente al dólar respecto al mes anterior, de acuerdo con el análisis de Valora Analitik. Esta tendencia positiva se dio en un escenario regional en el que varias divisas mostraron fortalecimiento, impulsadas en buena medida por la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) de reducir su tasa de interés en 25 puntos básicos, medida que ya estaba descontada por los mercados.
En el caso colombiano, la apreciación estuvo determinada por factores internos clave. Entre ellos se destacan la operación de manejo de deuda realizada por el Ministerio de Hacienda, conocida como Total Return Swap (TRS), y la expectativa de que el Banco de la República mantenga estable su tasa de interés en 9,25 % hasta finalizar el año. Precisamente, en su reunión del 30 de septiembre, la Junta Directiva del Emisor decidió no modificar la tasa, adoptando una posición de cautela ante los riesgos de inflación, la evolución de la actividad económica y las tensiones externas.
El comportamiento del mercado cambiario reflejó esta dinámica: el dólar inició el mes cerca de los $4.040, descendió hasta un mínimo de $3.830 el 23 de septiembre y cerró en $3.917, evidenciando la fortaleza de la moneda colombiana.
En la región, otras divisas también mostraron un comportamiento favorable, aunque en menor medida que el peso colombiano. El real brasileño ocupó el segundo lugar con una revaluación del 2,08 %, favorecido por una disminución en la percepción de riesgo político. Le siguió el peso mexicano, con una apreciación del 1,84 %, aunque su desempeño estuvo limitado por la incertidumbre política en Estados Unidos respecto al financiamiento federal. También se fortalecieron el sol peruano (1,76 %) y el peso chileno (0,48 %).
En contraste, el peso argentino fue la única moneda de la región que perdió valor en septiembre, con una caída del 2,57 % frente al dólar, reflejando la persistente crisis económica del país.
Este escenario confirma la resiliencia del peso colombiano en 2025, atribuida a una combinación de factores externos —como las decisiones de la FED— e internos, ligados a la política monetaria y fiscal del país.



