El Pascual Guerrero ‘pisa duro’ para el Mundial Femenino Sub-20 de la FIFA: una máquina de 14 toneladas teje la nueva grama híbrida

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Un regalo de 1.500 millones de pesos estrenará el estadio Pascual Guerrero durante la Copa Mundial Sub-20 Femenina de Fútbol (31 de agosto al 22 de septiembre), con epicentros en Bogotá, Medellín y Cali. Se trata de la moderna gramilla híbrida que la FIFA le regaló al mítico escenario del barrio San Fernando.

Y para empacar el ‘regalito’, con moño incluido, el máximo ente rector del balompié mundial trajo a la ‘Capital Deportiva de Colombia’ la denominada ‘Máquina 5’, que al mejor estilo de nuestras abuelas y su tradicional punto, cadeneta, punto, se encarga de hilar, con tecnología de punta, un tapete verde, resistente y de mejor rendimiento y durabilidad, donde conviven fibras sintéticas con pasto tipo bermuda.

Esta súper máquina, construida en Países Bajos, es la más grande de su tipo, pesa 14 toneladas, tiene una cobertura de 9 metros de ancho y un sistema de balanza que distribuye su peso para no afectar la grama mientras realiza la inyección de fibras.

Según detalló Max Hope, gerente de proyectos de la FIFA y el encargado del montaje de la gramilla híbrida en el ‘sanfernandino’, la ‘Máquina 5’ aterrizó en Cali luego de hacer su trabajo en Bogotá, pero antes estuvo en Italia, Francia, Inglaterra y México.

La ‘tejedora de la FIFA’ llegó a Cali el 29 de julio y, de inmediato, prendió motores para iniciar un proceso que incluye la inserción individual de unas 2.500 fibras sintéticas por puntada (hace una puntada cada dos centímetros), a una profundidad de 18 centímetros en el suelo y dejando dos centímetros por encima de la superficie, para lo cual utiliza 180 carretes de fibra.

Las raíces del pasto natural (bermuda), previamente sembrado y tratado, comenzarán a entrelazarse con las fibras inyectadas, dejando como resultado una superficie de juego estable, firme, con una vida útil de entre 10 y 15 años y la capacidad de resistir los 18 partidos que se disputarán en el Pascual durante la cita mundialista del fútbol femenino.

“En total somos seis personas las que manipulamos esta máquina, trabajando a doble turno. Si todo sale bien y el clima colabora, en una semana estaremos terminando el trabajo en el estadio Pascual Guerrero”, precisó Max Hope.


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