Carlos Castro es un cubarraleño de 57 años, que ha dedicado su vida a la labor social, buscando dignificar al ser humano, queriendo un país sin personas que consuman drogas. Vive hace 43 años en el barrio Santa Fe, y es justamente, esa FE, como el nombre de aquel barrio la que lo impulsó por la obra social, pues se identifica como católico practicante, aduciendo que es una labor difícil, pero se mantiene firme en la creencia que, aunque sea solo una persona que salve del mundo de las drogas, con eso se está logrando el objetivo.
Sin animo de lucro
Sus recursos provienen fruto de su trabajo en el colegio CASD de Villavicencio, así como gracias a las distintas comunidades y a las organizaciones que, en especie, o de manera monetaria contribuyen a la causa social. Sus actividades derivan desde una chocolatada con pan, un sancocho comunitario, hasta las formaciones culturales a través de la enseñanza de la cultura llanera por medio del baile del joropo a los niños del barrio Santa Fe.

Lucha social
Su lucha radica por limpiar el estigma a su comunidad para demostrar al mundo que hay personas buenas en su barrio que trabajan honradamente. Busca visibilizar a todos los líderes que calladamente trabajan por las distintas causas sociales, pero insiste de manera categórica que no aspirará a ningún cargo público de elección popular, dice no interesarle, lo único que busca es seguir haciendo el bien para su gente.

Un ganador
Relata que fue una casualidad su inscripción para Titanes Caracol, pues dice no tener conocimientos sobre plataformas digitales, pero que, en medio de un rato libre, logró completar el formulario y es allí donde arranca la travesía que duró seis meses, pasando los diferentes filtros en el que participaron más de mil personas, hasta llegar a la final, quedándose así por medio de voto popular con el galardón
Por: Daniel Jiménez, periodista.




