En Colombia, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) confirmó que 2,49 millones de jóvenes entre 15 y 28 años no estudian ni trabajan, una cifra que corresponde al 22,4% de la población en edad de trabajar dentro de este rango. El reporte reveló que 795.000 de estas personas son hombres, mientras que la cifra más alta corresponde a las mujeres, quienes alcanzan 1,69 millones, lo que representa un desequilibrio de género que preocupa a las autoridades y a los analistas laborales.
Disminuye el desempleo juvenil, pero persiste el desafío de la informalidad
El informe también detalló que, si se amplía el panorama al conjunto de la población joven, la tasa de desempleo se ubicó en el 15,3%, lo que significó una reducción de 2,4 puntos porcentuales frente al mismo periodo del año anterior, cuando se reportaba un 17,7%. Sin embargo, este descenso no logra ocultar que el país sigue enfrentando altos niveles de informalidad y la dificultad de vincular a más jóvenes en empleos estables, lo cual limita sus oportunidades de formación y desarrollo profesional.
Los sectores que más emplean a la población joven en Colombia
El DANE destacó que el comercio y la reparación de vehículos es el sector que más oportunidades ofrece a los jóvenes, con 977.000 personas vinculadas. En segundo lugar, se encuentra la agricultura con 732.000 empleos y, posteriormente, la industria manufacturera con 573.000 puestos. Además, el alojamiento y los servicios de comida generan 515.000 empleos, mientras que la administración pública, la educación y la salud alcanzan 466.000, y las actividades artísticas y de entretenimiento suman 421.000. Estos sectores, según el análisis, representan los mayores espacios de inserción laboral para los jóvenes en Colombia.
Sectores con menores oportunidades para la juventud
En contraste, las áreas donde menos trabajan los jóvenes son las actividades inmobiliarias, el suministro de electricidad, gas y agua, la explotación de minas y canteras, y los servicios financieros y de seguros. Esto refleja que la oferta laboral para los jóvenes no es uniforme y sigue estando concentrada en sectores tradicionales, lo cual genera una brecha importante frente a los sectores estratégicos de la economía, que demandan personal altamente calificado.




