
Ciudad de México. — Una noche cualquiera de 1982, en una casa de la colonia Popotla, un grupo de adolescentes decidió experimentar con una ouija. Lo que parecía un simple juego terminó convertido en uno de los expedientes paranormales más polémicos y comentados de México: el Caso Cañitas.
Entre los participantes estaba Carlos Trejo, quien más de una década después publicaría el libro Cañitas (1995), una obra que vendió cientos de miles de ejemplares y consolidó el mito.
El inicio del fenómeno
De acuerdo con el relato de Trejo, durante la sesión espiritista se manifestó una presencia oscura que dejó marcas físicas en varios asistentes: rasguños, golpes e incluso desmayos. A partir de entonces, la casa se convirtió en escenario de fenómenos inquietantes.
Vecinos y familiares aseguraban escuchar puertas que se cerraban solas, pasos en habitaciones vacías, gritos desgarradores y sombras que atravesaban los muros. Trejo, por su parte, afirmó que varios de los participantes de aquella noche murieron en circunstancias misteriosas o sufrieron accidentes inexplicables.
Del testimonio al fenómeno editorial
En 1995, la historia salió de las paredes de la casa y se convirtió en un fenómeno literario con la publicación de Cañitas. El libro alcanzó ventas millonarias y catapultó a Carlos Trejo a la fama como “cazafantasmas”.
Sin embargo, la obra también desató una tormenta de críticas. Investigadores escépticos acusaron a Trejo de exagerar o inventar hechos, mientras que algunos vecinos de Popotla negaron que la vivienda estuviera maldita. A pesar de las controversias, la historia atrajo la atención de medios nacionales e internacionales, reforzando la dualidad entre mito y realidad.
Un enigma abierto
Más de cuarenta años después, el Caso Cañitas sigue dividiendo opiniones. Para unos, se trata de un ejemplo de cómo el miedo colectivo y la sugestión pueden convertirse en leyenda; para otros, la casa aún guarda una energía inexplicable.
Lo cierto es que el expediente de Cañitas se ha convertido en un referente del folclore paranormal mexicano: una mezcla de misterio, terror y polémica editorial que, hasta hoy, sigue despertando más preguntas que respuestas.

