Uno de los problemas más graves por los que atravesaba el departamento del Meta, especialmente los municipios al sur del territorio, era la constante deforestación que se presentaba especialmente en zonas de parques naturales y reservas forestales, teniendo como principal deforestador, a los campesinos que realizan ganadería extensiva.
Fueron muchas las entidades las que se unieron en pro de poder combatir esta terrible situación, donde los árboles nativos derribados eran vendidos como madera, generando ganancias ilícitas para grupos al margen de la ley, por lo que se lanzó la campaña Artemisa, en compañía de la Corporación Ambiental y las Fuerzas Armadas.
Por lo que las campañas implementadas, han dado sus resultados ante los esfuerzos de las autoridades, reduciendo los índices de la deforestación y logrando la conservación de los espacios protegidos, además de replantar muchas de las especies nativas que fueron cruelmente arrancadas por acción del hombre.
Comparado con el 2022, durante el primer trimestre de este año, cerca de 17.700 hectáreas menos fueron deforestadas, evidenciándose una reducción significativa cercana del 86% en el departamento, en especial en el sur del Meta.
El principal núcleo de deforestación se encuentra localizado en el municipio de Mapiripán, las veredas más afectadas son Alto Siare, Caribe, Silencio, Nueva Esperanza y San Fernando. Teniendo en alerta a la población, específicamente a los indígenas de la comunidad Itilla y afectando de manera directa los diferentes ecosistemas del territorio.
Las causas principales de la deforestación en el departamento son la praderización para acaparamiento de tierras, la tala ilegal, prácticas no sostenibles de ganadería intensiva, infraestructura de transporte no planificada y cultivos de uso ilícito.



