Un grupo de investigadores colombianos logró un importante avance científico al realizar la primera caracterización cuantitativa del cielo nocturno en el país, un estudio que permite medir con precisión la contaminación lumínica y su impacto sobre el medio ambiente, la astronomía y la vida silvestre.
El proyecto utilizó un sistema de fotometría de cielo completo, una técnica que registra imágenes panorámicas del firmamento para analizar la intensidad de la luz artificial y su distribución en diferentes zonas. Los resultados revelan que en las principales ciudades del país, como Bogotá, Medellín y Cali, el brillo del cielo nocturno supera ampliamente los niveles naturales, lo que limita la observación astronómica y altera los ciclos naturales de especies nocturnas.
En contraste, los investigadores identificaron zonas con cielos aún oscuros y naturales, principalmente en regiones rurales y áreas protegidas como la Sierra Nevada de Santa Marta, los Llanos Orientales y algunos sectores del Amazonas. Estos lugares son considerados potenciales refugios para la investigación astronómica y la conservación ambiental.
El estudio también advierte que la contaminación lumínica no solo afecta la visibilidad de las estrellas, sino que interfiere con los ritmos biológicos de animales y plantas, altera los patrones de migración de aves y desorienta a insectos polinizadores. Además, el exceso de luz artificial puede tener repercusiones en la salud humana, perturbando el sueño y el equilibrio hormonal.
Los científicos hacen un llamado a promover políticas de iluminación responsable, con tecnologías más eficientes y direccionales que reduzcan el desperdicio de luz hacia el cielo. Asimismo, proponen impulsar programas educativos y turísticos que fomenten la valoración del cielo estrellado como un patrimonio natural y cultural de Colombia.
Este estudio marca un hito para la ciencia nacional, al ofrecer datos inéditos sobre el estado del cielo nocturno y abrir el camino para que Colombia se sume a los países que protegen sus cielos oscuros como parte esencial del equilibrio ecológico y del conocimiento astronómico.




