Una frase muy popular profesa: “has de tu pasión, tu profesión”, la triple medallista olímpica Mariana Pajón siguió al pie de la letra aquel dicho que, protegida por su disciplina, pero encaminada por su ambición, la representa con todo el corazón.
Desde su primer acercamiento con la adrenalina, cuando se quedó en el asiento de atrás en una competencia automovilística de su papá, Carlos Mario Pajón, junto con las constantes idas a los entrenamientos o torneos de bicicrós de su hermano mayor Miguel, Mariana sintió una especial fascinación con el deporte.
El 10 de octubre de 1991 en Medellín, nació la historia de una princesa que se convirtió en la reina del BMX, que ante las adversidades y las caídas nunca dejó su pasión de lado. A lo largo de su carrera deportiva, de casi 28 años, sufrió más de 20 fracturas, múltiples derrotas y la asfixiante presión por obtener un resultado.

Su pasión, esa fue la respuesta ante las adversidades y ante las victorias, pues en este último caso le generó la fuerza suficiente para mantener el pesado título de campeona: “el deporte y el BMX significan la motivación diaria, del porqué levantarse, de hacer lo que te gusta, lo que te apasiona pero que, al mismo tiempo, es tu trabajo, tu responsabilidad. El BMX ha marcado mi vida, mi camino”.
Años de trabajo y de preparación, tanto física como mental, la acompañaron y le ayudaron a transformar en realidad todos sus sueños y objetivos. Campeona dorada en todo el ciclo olímpico, única atleta colombiana con tres medallas olímpicas (dos de oro y una de plata) y con múltiples reconocimientos que, durante mucho tiempo, hicieron parte de un sueño muy lejano…

Londres 2012, el inicio de un apasionante legado
Ciento cuatro atletas hicieron parte de la delegación colombiana que llegó a los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Atletismo, Boxeo, Esgrima, Fútbol, Gimnasia artística, triatlón y ciclismo, eran algunas de las disciplinas que nuestro país tenía en suelo británico. De esta última disciplina mencionada y más precisamente de la modalidad BMX, contaba entre sus filas con una princesa que quería convertirse en reina.
Mariana Pajón Londoño, antioqueña de 20 años, llegaba a estas justas como la promesa del BMX, una princesa que por edad no pudo competir en Beijing 2008 y tuvo que esperar a la cita británica y, para asumir su cargo como monarca, fue la abanderada de la delegación más grande de Colombia, hasta ese momento, en los Juegos Olímpicos.

La pista de BMX de Londres era el escenario que, del 8 al 10 de agosto, acogió a una guerrera que ganó su cupo luego de ser la quinta mejor en el ranking mundial. La princesa tenía que superar en tres pruebas a las otras aspirantes por el trono, como la gran favorita y la mejor de aquel 2012 Caroline Buchanan (Australia), y a quién lo ostentaba: la francesa Laetitia Corguille, quien buscaba revalidar su título olímpico conseguido en Beijing 2008.
Primer día y primera prueba, Mariana superó con solvencia la ronda clasificatoria tras un tiempo de 38.787 y la tercera posición. Sin embargo, sus principales contendientes la superaron, la neozelandesa Sarah Walker ocupó el segundo lugar, mientras que Caroline fue la vencedora.
Ese miércoles de agosto dejó una buena sensación, pero, sobre todo, la confirmación de lo que la princesa colombiana del BMX podría lograr. Las expectativas se hicieron realidad, luego de la semifinal que sucedió pocos días después.
Viernes 10 de agosto de 2012, Mariana integró y lideró el segundo grupo de las semifinales, su recorrido no tuvo errores y redujo su tiempo hasta los 38.749. ¿A quiénes superó?, a su gran rival por la corona de oro, la neozelandesa Sarah Walker quedó en el cuarto lugar, pero consiguió su cupo en la final.
La disputa por la corona de oro tendría en pista a sus cuatro aspirantes, Mariana, Sarah, Laetitia y Caroline se clasificaron a la final que tenía pactada las 4:30 P.M. para iniciar. Con el número 5, pero en la línea 4, Mariana Pajón salió a la acción, en su tercer recorrido, con la convicción y sin segunda opción para obtener el primer lugar en la competición. Desde la salida, la colombiana marcó la diferencia, cada pedalazo la alejaba de sus contrincantes, pero la acercaba a su meta soñada.
Faltaban 210 metros, el primer puesto era para Mariana, varios saltos más y una curva para finalizar, la meta cada vez más cerca, el sueño estaba a pocos segundos de convertirse en realidad. 37.706, ese fue el tiempo con el que la colombiana culminó la carrera, con el que dejó atrás a sus rivales, con el que pasó a ser la reina del BMX.

Así fue la confirmación, la segunda medalla de oro para Colombia en unos Juegos Olímpicos, la princesa adoptaba su cargo como la reina del BMX y prometía que su mandato no finalizaría pronto, sino que se prolongaría como un legado deportivo para todo nuestro país.
La reafirmación de una leyenda colombiana, Río 2016
Sin duda alguna, una reina se debe a su pueblo y desde el principio Mariana tuvo claro que representaría a Colombia, incluso cuando fue tentada para representar a Estados Unidos. De esta forma y con su primera medalla en los Juegos Olímpicos, el camino rumbo a Río 2016 confirmó que una colombiana era la mejor en el BMX Racing.
Los primeros lugares en los Campeonatos Mundiales de Ciclismo BMX, contrarreloj en 2013 – 2015 y campeona mundial en 2014 – 2016, así como en las Copas Mundo BMX Supercross de 2013, 2014 y 2015 fueron algunos de los reconocimientos individuales que Mariana cosechó durante la pista que la llevó a Río 2016.
Asimismo, los oros en los Juegos Bolivarianos de Trujillo (Perú) 2013, en los Centroamericanos de Veracruz (México) 2014 y en los Suramericanos de Santiago de Chile del mismo año aumentaron todavía más el reconocimiento de una reina fiel a su pasión y su determinación por triunfar. Como no podía ser de otra forma, la recompensa para el esfuerzo de la antioqueña fue la primera, de muchas ocasiones, en la que ocupó el primer lugar en el Ranking Mundial UCI de BMX Racing.
Mientras que el palmarés de la colombiana aumentaba con la misma velocidad, o quizás mayor, incrementó la presión y la ansiedad por ganar, ganar y ganar. Sin embargo, ese pensamiento no la ayudó, sino que limitó su condición; por lo que ante la situación Mariana decidió dejar atrás la obsesión con el primer lugar y dedicarse a dar el 100 por ciento en sus carreras, incluso lleva tatuado cerca de su muñeca izquierda ese recordatorio: ‘más allá del oro’.
Río 2016 fue la cita a la que asistió la delegación colombiana más grande en la historia de los Juegos Olímpicos, entre los 147 atletas, de 23 deportes, se encontraba la reina del bicicross, la gran favorita para repetir la medalla de oro y conseguir un hito sin precedentes.

El reto se encontraba en la pista del Centro Olímpico de BMX, un escenario creado exclusivamente para las justas olímpicas y, quizás, para un triunfo que conllevaba más que solo entrenamiento físico, pues su cambio mental fue tan radical como su rendimiento en la pista; una nueva atleta ante un nuevo desafío.
La primera salida fue el miércoles 17 de agosto, sobre la 1:30 P.M., en el territorio brasileño, la ronda de clasificación presagió aquel aprendizaje en el que Mariana tanto se enfocó, en cambiar el estrés y la presión por la convicción de entregar el 100%. Precisamente, ese número estaba al frente, pues fue el seleccionado para usar en su bicicleta.

Y así fue, con el mejor tiempo de su carrera, hasta ese momento, en una ronda preliminar, la colombiana lideró dicha instancia y los 34.508 segundos le permitieron elegir la calle en la que salió, pocos días después, durante las semifinales. El viernes 19 de agosto la cita en la pista tuvo dos partes, la primera correspondió a la semifinal, eran tres recorridos, tres carreras en las que los errores no eran permitidos pero la diversión sí.
34.642, 35.098 y 34.479 fueron los tiempos de los tres primeros lugares que la reina del BMX consiguió en las semifinales, aquellas carreras fueron tan impecables como las fuerzas que reservó para el recorrido definitivo. La capacidad total del escenario era de 5000 personas, pero esa cifra fue superada cuando más de 40 millones de colombianos presenciaron, a través de una pantalla, la renovación del oro olímpico.

Mariana estuvo imparable en la gran final, a su tiempo de 34.093 lo acompañó la euforia, la exhibición de su bicicleta sobre su cabeza y, por supuesto, las lágrimas de una desbordante alegría. El himno de Colombia retumbó en todo Río de Janeiro y coronaba la historia de la primera atleta de nuestro país en ganar dos oros que tuvieron la distinción de ser consecutivos.

Un nuevo comienzo, Tokio 2020
Aquella laureada carrera mantuvo en ascenso las victorias y, consigo, las lesiones, pues son más de 20 las fracturas que Mariana sufrió en su carrera deportiva. Es más, una de aquellas infortunadas caídas le enseñó, literalmente, a triunfar de nuevo.
En la cuarta válida de la Copa Mundo de BMX de Países Bajos en 2018, la antioqueña sufrió una colisión, con otra bicicrosista, que le causó una rotura del ligamento anterior y una rotura parcial del ligamento colateral medial de su rodilla izquierda. Aquella lesión, que en otras palabras podría significar el retiro de un atleta, fue un punto de inflexión para el crecimiento de Mariana, para enfrentar una recuperación de nueve meses.
La respuesta ante este desafío fue la pasión y el amor que le tiene a su profesión, de la mano con su preparador mental Jhonatan Bustamante y del apoyo de su familia, Mariana comenzó una recuperación física y mental, mientras su cuerpo respondía y, prácticamente, volvía a caminar, su mente recuperaba la confianza para competir en su bicicleta.
Paipa, Boyacá, fue el lugar donde la colombiana reapareció y las primeras dos válidas de la Copa Nacional de BMX los primeros triunfos tras la lesión. La noticia de su regreso a las pistas ocurrió en febrero del 2019 y el tiempo para la clasificación a Tokio 2020 fue uno de los más cortos, complicados y desafiantes de su carrera.
Triunfos, medallas y reconocimientos fueron interrumpidas por la pandemia del COVID-19 en el 2020, su clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio no estaba cerrada. El peso de las lesiones también dificultó su rendimiento, pero no disminuyeron la pasión por asistir a las justas que tendrían lugar en el 2021. De esta forma y tras ser campeona de la Copa Mundo de BMX en el mismo año, la colombiana aseguró su tiquete para asistir a la controlada fiesta en el país asiático.

Luego de superar aquella grave lesión y el contagio de COVID-19, Mariana Pajón estaba de regreso en el certamen multideportivo más importante, Tokio 2020 no fue la excepción para formar parte de su palmarés, pues el podio por el que tanto luchó, nuevamente, la estaba esperando.
El Ariake Urban Sport Park de la capital japonesa fue el recinto donde el legado de la colombiana volvió a crecer. En primera instancia lideró las tres series clasificatorias, sin embargo, las lluvias retrasaron el inicio de las semifinales. 45 minutos después de lo pactado, las mangas iniciaron y Mariana obtuvo el primer, segundo y quinto lugar junto con el cupo a la final.

Luego de tantos años de triunfos y de proezas que solo alcanzan los mejores entre los mejores, Mariana afrontaba una tercera final por la gloria olímpica. A la pasión que tanto la motivó estaba anexa el deseo de dejar un ejemplo para las futuras generaciones y, sin saberlo, ese propósito ya estaba presente en la carrera por el oro. Luego de 45 segundos, en los que pueden ocurrir una infinidad de situaciones, la medalla no fue de oro, fue de plata, pero con un tono dorado que deslumbraba como la mejor de las recompensas ante tantas situaciones no muy positivas.
Bethany Shriever (británica) fue la responsable de cortar la dinastía de la reina del BMX luego de recorrer los 495 metros de la pista en 44.358 segundos, no obstante, la colombiana también fue responsable de esa victoria pues motivó a aquella joven europea a iniciar en el deporte. Sí, el ejemplo a seguir de aquella campeona olímpica fue Mariana Pajón.

Podio Olímpico de BMX Racing en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. De izquierda a derecha, Mariana Pajón (plata), la británica Bethany Shriever (oro) y la neerlandesa Merel Smulders (bronce).
Tres medallas olímpicas consecutivas, dos oros y una plata, son más que simples reconocimientos, son recuerdos para la eternidad de una carrera cimentada en la pasión y en el amor por lo que se hace, por la dedicación y el no rendirse jamás ante la adversidad, por mantener la mirada ‘más allá del oro’ y centrar su mente y corazón en dar siempre el 100%. Gracias a su fortaleza, a la paciencia y a la experiencia, Mariana Pajón asistirá a los Juegos Olímpicos de París 2024.
Con un palmarés tan grande como los sueños del mañana, Mariana está encaminada a transmitir su pasión a las nuevas generaciones. Más allá de sus trofeos y reconocimientos, quiere que su legado esté presente por ser el ejemplo de aquellos que, como ella, sueñan en grande y se mantienen constantes hasta conseguirlo.
Mariana Pajón, la reina del BMX que con una desbordante pasión, acudirá a los Juegos Olímpicos de París 2024 con una sola misión, la de corresponderle a su vocación a través de esa felicidad que solo la pista puede generar en su corazón.




