Desde las calles de Puerto Tejada, una tierra conocida por su pasión futbolera, emerge una historia de constancia, fe y humildad. Branndon Stict Zapata Aponza, arquero formado desde los seis años en la escuela Futuros Campeones, ha firmado por dos años y medio con el Boyacá Chicó FC, consolidando un sueño largamente trabajado.
Su camino inició en el Club Toritos de Quilichao, continuó en Boca Juniors Cali y luego brilló con Juventus Florida, con quien disputó el reconocido torneo Pony Fútbol, siendo campeón en varias ocasiones de la Liga Vallecaucana. Su talento lo llevó a Bogotá, donde pasó por Millonarios FC y posteriormente por La Equidad Seguros, club en el que entrenó con el equipo profesional bajo la dirección técnica de Luis Fernando Suárez y “Piripi” Osma, dos referentes clave en su proceso.
Tras regresar al Valle, defendió los colores del América de Cali, siendo titular en torneos como la Copa Telepacífico. Aunque tuvo un paso breve por Ecuador y Orsomarso, no bajó los brazos. Su fe, esfuerzo y oraciones encontraron respuesta en Boyacá.
Branndon ya suma 8 vallas invictas en diferentes torneos y se ha coronado campeón en Bogotá, Valle y torneos zonales. Hoy, con la convicción de representar a la Selección Colombia y atajar en el exterior, también impulsa la Fundación Fundegor, un proyecto social que busca formar nuevos arqueros.
Desde Puerto Tejada al profesionalismo, Branndon representa el orgullo afro, la disciplina de barrio y el talento del Cauca. Su historia inspira a cientos de jóvenes que sueñan con llegar lejos sin perder la humildad.
Su firma con Boyacá Chicó no solo es un logro personal, sino también un triunfo colectivo para su familia, entrenadores y comunidad, quienes han sido testigos del esfuerzo silencioso detrás de cada entrenamiento y sacrificio. “Nada ha sido fácil, pero siempre creí que podía lograrlo”, afirma Branndon con la serenidad de quien ha luchado cada centímetro de su camino. Hoy, más que una promesa bajo los tres palos, se ha convertido en un referente para las nuevas generaciones, demostrando que el talento sí puede florecer desde los barrios, cuando se cultiva con disciplina, corazón y propósito.




