Popayán se acerca al año 2026 con uno de los escenarios institucionales más delicados de su historia reciente. Ese año se definirá la actualización catastral masiva, el impuesto predial que regirá por los próximos cinco años mediante el Estatuto Tributario y la revisión integral del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), congelado durante más de dos décadas y responsable del atraso urbanístico y de la expansión desordenada de la ciudad. A esto se suma que el Concejo deberá decidir sobre contratos estratégicos como el del servicio de aseo y revisar la gestión del alumbrado público.

En este contexto, la eventual presidencia del Concejo Municipal de Popayán por Daniel Muñoz, con José Campo en la mesa directiva, no es un simple relevo político: es la posible reinstalación de un modelo que ya dejó huellas profundas en la economía y en la confianza ciudadana.




