El fantasma del militarismo japonés vuelve al discurso chino tras declaraciones de Takaichi sobre Taiwán

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La llegada de Sanae Takaichi al poder ha reavivado en China una narrativa histórica que el Partido Comunista utiliza en momentos de tensión: el peligro del “militarismo japonés”. Estas referencias se intensificaron luego de que la primera ministra señalara que Japón podría intervenir militarmente si China atacara Taiwán, afirmación que Beijing interpretó como una amenaza directa.

La reacción del Gobierno chino combinó advertencias oficiales, presiones económicas y una movilización de su aparato propagandístico. Viajes estudiantiles a Japón fueron desaconsejados, se insinuaron limitaciones al mercado para los productos pesqueros japoneses y proliferaron en redes sociales mensajes nacionalistas que exigían una respuesta firme. Parte del discurso se apoyó en un elemento simbólico: el recuerdo de las atrocidades cometidas por Japón durante su ocupación en el siglo XX.

En 2025, China conmemora el 80.º aniversario de la derrota del Japón imperial, una fecha que suele servir al Gobierno para reforzar su narrativa patriótica. Este año, el aniversario coincide con el fortalecimiento de capacidades militares japonesas y con una mayor coordinación de Tokio con Washington, un escenario que Beijing interpreta como una amenaza estratégica.

Especialistas en seguridad regional sostienen que la respuesta china busca contener desde el inicio el margen de acción de Takaichi y enviar un mensaje a otros aliados de Estados Unidos. Beijing exige que Tokio retire las declaraciones sobre Taiwán, una petición difícil de cumplir sin que la primera ministra comprometa su agenda de seguridad. Así, la disputa se encamina a convertirse en el primer gran desafío internacional de su administración.


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