El exconcejal de Neiva, Yamid Sanabria, ha tomado una bandera que pocos habían querido alzar: enfrentarse a la multinacional PAREX, encargada de un ambicioso proyecto de exploración y explotación petrolera en el Huila. Con documentos en mano y argumentos ambientales, Sanabria ha puesto en la agenda pública la existencia del “Acuífero Gigante”, una reserva de agua dulce que, según expertos, podría convertirse en el salvavidas de Neiva en épocas de sequía.
Un proyecto de billones
PAREX no es cualquier empresa. Tiene licencia ambiental por 20 años y proyecta una inversión cercana a los 2 billones de pesos. El problema, según Sanabria, es que la Corporación Autónoma del Alto Magdalena (CAM) aún no ha determinado con claridad el impacto ambiental que tendría la perforación en zonas cercanas al acuífero. A pesar de ello, la multinacional avanza en su plan.
¿Desarrollo o desastre?
El dilema es profundo: ¿apostar al desarrollo económico con regalías petroleras o proteger un ecosistema subterráneo que podría ser vital en el futuro? “Es muy probable que el acuífero se contamine”, advirtió un experto consultado, respaldando las dudas del exconcejal.
Sanabria insiste en frenar el inicio del proyecto hasta que haya certezas científicas. Mientras tanto, en los micrófonos de los medios locales, su cruzada ambiental va tomando fuerza. La ciudadanía empieza a preguntarse si estamos ante una causa ambiental legítima… o una batalla política con fines futuros.




