El es Wilmer Guerra el papá de la mujer haya muerta en municipio de Manatí: La angustiante búsqueda de Wilmary Carolina Guerra Montilla, desaparecida desde el 18 de septiembre de 2023, terminó tras 20 meses de incansable esfuerzo por parte de su padre, Wilmer Guerra. La joven, de 32 años, fue hallada sin vida y enterrada en una finca rural del municipio de Manatí, Atlántico. Su padre, determinado a no rendirse ante la pasividad institucional, recorrió peligrosos territorios, recolectó información y finalmente logró ubicar el predio conocido como “Las Palmitas”, donde, según las pruebas en video, Wilmary había estado antes de desaparecer.
Desde el primer momento, Wilmer lideró la investigación por cuenta propia. Se apoyó en redes sociales, contactos anónimos y fuentes informales para reconstruir el último rastro de su hija. A pesar de entregar información precisa a la Fiscalía, las autoridades mostraron una respuesta lenta e ineficaz. En sus propias palabras, Wilmer expresó cómo enfrentó peligros inminentes durante su travesía por zonas rurales y barrios señalados como inseguros, todo por encontrar alguna pista que lo llevara hasta Wilmary.
Muerta en municipio de Manatí
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En febrero de 2024, una fuente le indicó la posible ubicación de la finca. Aunque notificó de inmediato a la Fiscalía, esta no actuó de forma oportuna. Wilmer decidió entonces acudir a la Policía del municipio de Manatí, donde un sargento le ofreció apoyo logístico para realizar el recorrido por trochas y vegetación espesa. Tras seguir diversas descripciones y referencias orales, finalmente hallaron la finca con una casa azul, justo como aparecía en un video grabado por la propia Wilmary.
La confirmación de que estaban en el sitio correcto llegó cuando Wilmer comparó el paisaje con el video: un tronco seco partido en dos, árboles y ángulos visuales coincidían perfectamente. Sin embargo, la burocracia volvió a entorpecer el proceso. Aunque el padre entregó de inmediato las evidencias a la Fiscalía, esta tardó más de un mes en regresar al sitio, limitándose a tomar fotos y coordenadas, sin ejecutar el allanamiento ni buscar el cuerpo de la joven, a pesar de la urgencia del caso.
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Finalmente, gracias a la perseverancia de Wilmer Guerra, se logró confirmar la ubicación de Wilmary. El hallazgo del cuerpo enterrado en la finca no solo cerró un doloroso ciclo de incertidumbre para su familia, sino que también dejó en evidencia las fallas en la respuesta estatal frente a casos de desaparición forzada. La historia de Wilmer se ha convertido en un testimonio de lucha por la verdad, justicia y dignidad para las víctimas y sus seres queridos.
